lunes, 11 de octubre de 2010

La profundidad del amor de Dios


LA PROFUNDIDAD DEL AMOR DE DIOS

Pablo dijo acerca del amor de Dios: El amor de Dios sobrepasa todo
conocimiento. Es amplio, ancho, alto y profundo. Quiero enfocarme en esta
profundidad de Su amor.

“Que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados
y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los
santos cual sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de
conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis
llenos de toda la plenitud de Dios. Y a aquel que es poderoso para hacer todas
las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el
poder que actúa en nosotros”.

Recientemente, he estado recibiendo mensajes electrónicos de Cristianos que se
habían apartado de Dios, pero que están volviendo a su primer amor. Uno de
ellos escribió, “Yo había sido perdonado; Amaba al Señor. Pero viví
muchos años con un terrible pecado. Ahora he regresado a Dios, pero no puedo
aceptar mi perdón. Yo temo que Dios no puede perdonar los terribles pecados
que he cometido, los cuales no puedo ni mencionar. No tengo paz. No puedo
sentir la presencia de Dios.” Otro escribió, “He cometido horribles
pecados. Quiero retornar a Jesús pero siento que Dios me desprecia. He pecado
en contra de la luz. Temo que no seré perdonado. Soy uno de los peores
pecadores.”

Los que se han apartado de Dios están siendo conmovidos. Muchos están
regresando. Están cansados de caer en las drogas, el alcohol, la lujuria;
están cansados del mundo. Yo escucho lo siguiente, “He caído tan profundo
en la inmoralidad, tan profundo en terribles pecados”. Es como si creyeran
que Dios tiene una línea – un límite en su amor y misericordia – como si
hubiese un punto en el cual Él diga, “Me has provocado por demás. Has
rechazado todas mis peticiones – todas mis advertencias. Y ahora has cruzado
la raya. Tu corazón está frío. Satanás ahora tiene un bastión en tu
corazón.” Yo creo que muchos de los que se han apartado de Dios están
demasiado avergonzados o demasiado convencidos de que han perdido su día de
gracia por pecar tanto. No pueden concebir que el Señor los rescate de las
profundidades de su condición pecaminosa con amor y misericordia.

Jonás pecó grandemente, huyendo de la comisión de Dios. Por su
desobediencia, la sangre de muchos estaría en sus manos. En el vientre de la
ballena, Dios estaba allí en lo más recóndito de la profundidad de su pecado
y rebelión. (Vea Jonás 2) Jonás creyó que Dios lo había abandonado por su
pecado. “Me echaste a lo profundo…desechado soy de delante de tus
ojos…las aguas me envolvieron hasta el alma…me cercó el abismo…mi alma
desfallecía en mí” (Jonás 2:3-7). Fue cuando él cayó - hasta lo profundo
– que él recibió un toque fresco, un llamado especial. Él fue perdonado y
librado. Esto prueba que el Espíritu Santo trabaja en lo profundo de nuestro
pecado. Ninguno está demasiado lejos para ser alcanzado por Dios; ninguno es
desechado. El Espíritu Santo está tratando con muchos, diciendo,
“Arrepiéntete. Estoy en lo profundo de tu situación para traerte de
vuelta.”

Nada puede separarnos del amor de Dios. ¡Nada! “¿Quién nos separará del
amor de Cristo? ¿Tribulación, angustia, persecución, hambre, desnudez,
peligro o espada? Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por
medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte ni la
vida, ni ángeles ni principados ni potestades, ni lo presente ni lo por venir,
ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del
amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro” (Romanos 8:35, 37-39).

La sangre de Jesús nos alcanza en las profundidades del pecado, ofreciéndonos
libertad, perdón, misericordia y reconciliación con el Padre. No importa cuán
profundamente usted haya caído, el amor y el perdón van más profundos.

¡Oh, las profundidades de Su amor!


Isaías 55:6 Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano.Isa 55:7 Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.
Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
¡Cuidate!
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