martes, 2 de noviembre de 2010

¡Nada más que Cristo!



¿Qué es lo que más quiere nuestro Señor de aquellos que confiesan ser
devotos a él? ¿Qué será lo que lo complace y bendice? ¿Será que
construyamos más iglesias? ¿Más Institutos Bíblicos? ¿Más albergues e
instituciones para los que sufren? Todas estas cosas son buenas y necesarias,
¡pero aquel que no habita en edificios hechos por el hombre quiere mucho más
que eso! Salomón creyó haber edificado un templo para Dios que perduraría
para siempre, pero en unos cuantos años ya estaba en decadencia, y en menos de
cuatrocientos años, estaba completamente destruido.

Lo que nuestro Señor desea más de su pueblo, de sus ministros y pastores es
¡tener comunión con él! ¡Ser uno con él y sentarse a su mesa celestial!
¡Un lugar donde tener intimidad y pasar tiempo juntos! ¡Que vengamos a él
continuamente para recibir alimento, fortaleza, sabiduría y tener comunión!

Esta generación tiene una revelación limitada del Señor Jesús porque muchos
están ausentes del banquete – el banquete de tener comunión con el Señor.
¡Sus asientos están vacíos! Pocos conocen la grandeza y majestuosidad de ese
llamado tan alto en Cristo Jesús.

Nosotros equivocadamente recibimos nuestro gozo espiritual cuando servimos, en
lugar de recibirlo al tener comunión. ¡Estamos haciendo más y más cosas por
un Señor del cual conocemos menos y menos! Nos afanamos, nos agotamos, vamos a
cualquier lugar en esta tierra, y nos entregamos a trabajar para él – ¡pero
muy rara vez vamos al banquete! ¡Tomamos muy casualmente la mesa del Señor,
sin estar seriamente deseosos de tomar nuestro asiento y aprender de él!

Pablo hace referencia a tres años que él pasó en el desierto de Arabia. Esos
fueron tres años gloriosos, sentado en los lugares celestiales a la mesa del
Señor. Fue allí donde Cristo le enseñó a Pablo todo lo que él llegó a
conocer, y la sabiduría de Dios se manifestó en él. ¡El haberse convertido
no fue suficiente para Pablo! ¡El haber tenido una visión sobrenatural de
Cristo, el milagro de haber escuchado su voz desde los cielos no fue
suficiente! ¡Él había captado una visión fugaz del Señor y quería más!

Algo dentro del alma de Pablo clamó, “¡Oh, que pudiese conocerlo!” No es
de extrañarse que él pudiera decirle a todo el sistema Cristiano, “Pues me
propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a este
crucificado” (1 Corintios 2:2). Él estaba diciendo, “Que el Judaísmo de
Jerusalén guarde sus legalismos. Que otros aleguen sus puntos doctrinales. Que
los que buscan ser justificados por sus obras se agoten intentándolo. Pero yo,
¡yo quiero más de Cristo!

Lea este devocional en:
http://www.worldchallenge.org/es/node/10470

Jesucristo: Dios con nosotros, quien vino a morir por nuestros pecados y nuestra maldad; quien resucitó al tercer día y vuelve en breve según su inquebrantable promesa.
Isaías 55:6 Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano.Isa 55:7 Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.
Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
¡Cuidate!
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Señales de los últimos tiempos

Requisito para pertenecer a la iglesia de Jesucristo

“La iglesia es la única comunión fraternal en el mundo cuyo único requisito para integrarla es la falta de mérito del candidato.”

Robert Munger