jueves, 18 de marzo de 2010

Nuestros Fundamentos: Capítulo 5, "La oración"

Capítulo V

La oración personal

La potencia de nuestra acción depende totalmente de nuestra entrega en la oración.

Comenzaremos con una oración y lo invitamos a unirse a nosotros en ella.

Padre Bueno: Bendito seas, bendita Tu Presencia y tu Santa Compañía. Como dice el salmista: nuestras almas te buscan como el ciervo busca y brama por las aguas . Bendecimos y anhelamos cada día más vivir en la Presencia de Tu Espíritu Santo y Su compañía buena siendo fieles a ti .
Tú mismo eres nuestro anhelo en la vida venidera y aquí en la tierra .
Ponemos en tus benditas manos nuestras vidas y te decimos en fe que el motivo principal de nuestro tiempo de oración es encontrarnos contigo ya que deseamos tu compañía y tu consuelo, tu amor y tu protección.
Procura con insistencia siempre producir en nosotros esta necesidad de encontrarnos a solas contigo para deleitarnos en tu Presencia Buena, Eterna, Infinita, Todopoderosa.
En el Nombre de Jesucristo
Amén

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La oración: un encuentro con nuestro Padre Bueno

Comenzamos con esta sencilla oración y, además de haberse formulado y dicho en forma sincera ya que este es verdaderamente nuestro sentir, queremos remarcar el elemento fundamental de la oración del Hijo de Dios (Jesucristo) y de los hijos de Dios (sus salvados hermanos menores): esto es, la búsqueda de Su Presencia, el entrar en diálogo con el Padre, el buscar su compañía porque nos agrada y nos da un inmenso gusto estar en intimidad con Él.

Éste es el sentido esencial de la oración personal y también de la oración de la iglesia que veremos más adelante: La búsqueda de Su Presencia Bendita para siempre y en todo momento.

Sin esto ¿Para qué o por qué orar?

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La vida de Cristo: Vida de oración

Cuando estudiamos su vida vemos una especial dedicación a la oración, esto entendido de la forma que antes expresamos: Jesucristo buscaba con desesperación la Presencia de Su Padre y le dedicaba varias horas del día a estar a solas con Él.
Cada una de sus obras de amor fueron precedidas y seguidas de oraciones a su Padre Eterno. Expondremos aquí algunos pasajes, solo a modo informativo o rememorativo, y estaría muy bien para cada uno de nosotros que profundizaremos en ello

En su bautismo

Lucas 3:21 Aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba, también Jesús fue bautizado; y orando, el cielo se abrió,
3:22 y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.

Antes de la elección de sus discípulos

Lucas 6:12 En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios.
6:13 Y cuando era de día, llamó a sus discípulos, y escogió a doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles:

Oraba en la misma transfiguración

Lucas 9:28 Aconteció como ocho días después de estas palabras, que tomó a Pedro, a Juan y a Jacobo, y subió al monte a orar.
9:29 Y entre tanto que oraba, la apariencia de su rostro se hizo otra, y su vestido blanco y resplandeciente.
9:30 Y he aquí dos varones que hablaban con él, los cuales eran Moisés y Elías;
9:31 quienes aparecieron rodeados de gloria, y hablaban de su partida, que iba Jesús a cumplir en Jerusalén.

En la resurrección de Lázaro

Juan 11:41 Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído.
11:42 Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado.

En su encuentro con los griegos

Juan 12:27 Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora.
12:28 Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez.

En los tiempos previos a su crucifixión

Lucas 22:41 Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró,
22:42 diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.
22:43 Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle.
22:44 Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.

En las madrugadas

Marcos 1:35 Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba.

Dejamos a su disposición algunos pasajes en la vida del Señor Jesús y de sus apóstoles referidos a la oración:

Pasajes en los que el Señor Jesús se refiere a la oración:

Evangelio según San Mateo: 5: 44; 6: 5; 6: 9; 14: 23; 17: 21; 21:13; 21: 22; 24: 20; 26: 41; 26: 53.
Evangelio según San marcos: 6: 46; 9: 29; 11: 17; 13: 18; 13: 33; 14: 38.
Evangelio según San Lucas: 1: 13; 6: 12; 6: 28; 9: 28; 11: 1; 18: 10; 19: 46; 22: 40; 22: 45; 22: 46.
Libro de los Hechos: 1: 14; 3: 1; 6: 4; 10: 31; 12: 5; 16: 13; 16: 16;
Romanos: 10: 1; 12: 12.
1º Corintios: 7: 5; 14: 13; 14: 15;
2º Corintios: 1: 11; 9: 14.
Efesios: 6: 18.
Filipenses: 1: 9; 1: 19; 4: 6.
Colosenses: 1: 9; 4: 2.
1º Tesalonicenses: 5:17; 5: 25.
1º Timoteo: 4: 5.
Santiago: 5: 13, 15, 16.
Hebreos: 13: 18.
1º Pedro: 4: 7.

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La oración: un anhelo profundo de Dios

Orar para que Dios nos responda es pasar por alto lo más preciado para Él, ya que así como nosotros como hijos queremos estar en su Presencia, Él como Padre quiere estar con sus hijos.
La sustancia de la oración es Su Presencia y la nuestra compartida en una relación de Padre a hijo y de hijo a Padre, sustancia del diálogo de una relación mutua entre Padre e hijo.
Alguien dijo alguna vez: “Yo no puedo vivir sin Él, pero Él no puede vivir sin mi”, y esto es cierto porque la oveja no puede vivir sin el Pastor, pero tampoco el pastor puede vivir sin las ovejas, y este pastor no pierde ni una de las que le entregó su Padre.

Mateo 18:12 ¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y se descarría una de ellas, ¿no deja las noventa y nueve y va por los montes a buscar la que se había descarriado?
18:13 Y si acontece que la encuentra, de cierto os digo que se regocija más por aquélla, que por las noventa y nueve que no se descarriaron.
18:14 Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños.

No es un trámite de oficina ni el movimiento de papeles legales que a través de palabras se moverán para obtener la bendición.

La Presencia de Dios es LA BENDICIÓN y sin ella, ¿Para qué queremos lo demás?
Por eso dice el salmista: ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra. Salmos 73: 25

Es imprescindible aprender esto en el comienzo mismo, desde nuestro nuevo nacimiento en Cristo, ya en nuestros primeros días de vida espiritual en Cristo. Esta es la clave fundamental para nuestras oraciones.

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La oración: un misterio
Hay que decir que a pesar de que la practiquemos o la hayamos practicado durante años la oración será un misterio. Es un misterio en el que dos abismos se encuentran y estos abismos son el Espíritu de Dios y nuestro espíritu.

Salmo 42:7 Un abismo llama a otro a la voz de tus cascadas;
Todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí.

La oración es y será un misterio ya que nunca abarcaremos en nuestra oración las demandas ni el conocimiento del Dios infinito. Esto no quita que el Dios infinito nos dará cada día más del conocimiento de sus cosas ocultas, que en nuestra finitud hoy no sabemos, pero iremos conociendo cada día más si somos fieles y nos mantenemos en Su Palabra.

Jeremías 33:3 Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.

Muchas son las preguntas que surgen acerca de la oración. Quizás la más comunes sean: ¿Si Dios sabe todas las cosas para qué tenemos que orar?
¿Dios puede hacer su Voluntad Él solo? La respuesta es evidente: Sí, claro que puede. ¿Y entonces por qué no la lleva a cabo?

Dios se fijó un límite a sí mismo y un propósito y es el siguiente: Hacer Su Voluntad a través de sus hijos y en comunión con ellos. ¿Podría el Espíritu Santo dar el mensaje de salvación al mundo entero en un solo segundo? La respuesta es: Sí, claro. ¿Y por qué no lo hace? No lo hace de esta forma porque fue un límite y una decisión que Dios se auto impuso en su Soberanía. Él decidió que el mensaje de salvación fuera dado por el testimonio de sus hijos que conforman su iglesia.
Por esto es importante tener claro que lo primordial de nuestras oraciones será siempre su Bendita Presencia ya que para conocer lo que Él quiere tendrá que decírnoslo en comunión con Él. Cabe aquí resaltar que Su Voluntad dicha en oración a Sus hijos jamás entrará en conflicto con su Palabra inspirada por su Espíritu.
La oración significa conocer la Voluntad de nuestro Padre dicha a sus hijos quienes en obediencia ejecutan su Voluntad. Nunca, reiteramos, nunca la oración será torcer la Voluntad de Dios ya que esto es imposible. Esta es una trampa del diablo, quien querrá que pensemos que Dios no anhela contestarlas y que es indiferente a sus hijos. Jamás es cierto esto, es una más de sus miserables mentiras, que deben ser desterradas de nuestro corazón y pensamiento.
La oración es un diálogo entre Padre e hijo que se acercan para estar juntos y en el que el Padre comunica su amor y sus planes. Planes que nacen en Él y que llegarán a la tierra mediante la oración de sus hijos una vez comunicado y sabido desde lo Alto.
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La oración: una búsqueda para satisfacer las necesidades de Dios
Lamentablemente hoy entendemos que orar es pedir, cosa que no habla bien de nuestro entendimiento ni de nuestras intenciones.
Si bien una parte de la oración consiste en pedir, la cuestión es saber que es lo que Dios quiere que le pidamos.
Partimos de nuestros planes que hemos hecho sin consultarlo a Él y por medio de nuestras oraciones pretendemos forzarlo a que los ejecute.

“…con frecuencia pensamos en la oración como en una oportunidad para expresar lo que nosotros necesitamos, que es nuestro grito a Dios pidiendo ayuda. No vemos que la oración es el pedir a Dios que llene sus necesidades.”
T. S. Nee “Oremos”, Pág. 15

Una buena forma de saber si estamos orando conforme a su voluntad es comprobar si en nuestras oraciones o en nuestra forma de hablar figuran demasiadas veces el yo, me, mi, que hacen referencia a nosotros mismos como centro, cuando es sabido que es necesario que yo mengue y que Él crezca.

Juan 3:30 Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe.

Se espera que en nuestra oración Dios sea el centro así como en toda nuestra vida. La oración es un misterio a ser develado paulatinamente por Dios a sus hijos y ésta tiene principios en los que se afirma. Uno de ellos es lo dicho anteriormente: el centro de nuestra oración es Dios mismo y su Voluntad, y cuando lo conocemos sabemos que Él llenará nuestras necesidades siempre. Dios sólo que quiere que no olvidemos que esto no es el centro sino la añadidura, tal como el Señor lo dejara expresado.

Mateo 6:33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. O también: Salmo 37:4 Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón.

Es natural que en nuestro primer amor hagamos oraciones consagratorias y es necesario saber que Dios las tomará en serio. Y también es necesario advertir que estas oraciones consagratorias en las que pedimos a Dios que haga su Voluntad serán contestadas por Dios mediante el quebranto, algo que es inevitable para dar fruto y de lo que no se predica por temor a que alguien se ofenda o se retire de la congregación.
Nadie que fuera quebrantado pedirá de nuevo siquiera algo parecido pero para llegar a un conocimiento profundo de Dios este es el Único camino que se ve en la Biblia.

Juan 12:24 De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.

Es necesario decir algo aún más importante que lo anterior: saber que Dios será fiel y que no nos dejará en medio de dicho quebranto sino que nos guiará y nos llevará a pastos tiernos y a fuentes de agua. Él será fiel y dará vida, no seremos jamás abandonados porque su misericordia es para siempre. Seamos perseverantes y sepamos que la destrucción de nuestro ego será algo doloroso pero necesario para dar frutos para su gloria.
¿Qué tiene esto que ver con la oración? Absolutamente todo ya que por medio de ella se espera que pidamos a Dios que él sea el centro de nuestras vidas y será negando nuestra voluntad como conoceremos Su Voluntad, y todo esto será mediante la comunión diaria con nuestro Padre en oración. Todo aquello que sea pedido según su Voluntad será hecho, ¿lo creemos?

1Juan 5:14 Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.

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La oración: una forma de trabajar en sociedad con nuestro Padre
A pesar de que estos encuentros con nuestro Padre serán buscados para estar en su Presencia plena, tendremos que tener en cuenta algunos elementos más para que no estemos desprevenidos de los ataques del Satanás. Tendremos que considerar a la oración como un trabajo para Dios, algo que Él nos ha dado como mandamiento en muchísimos versículos y pasajes de su Palabra.
Queremos ser honestos y decir que esto no es lo común en estos tiempos. Sin embargo, es algo a lo que tenemos que apuntar y orar a Dios en este sentido; no es nada fácil orar a Dios sin ningún interés propio pero ¡qué bueno sería que nosotros lo hiciéramos de este modo!
Siempre tendremos que negarnos a nosotros mismos para orar ya que nuestra voluntad inicial será la animal, la carnal y ésta siempre se negará a la Voluntad de Dios.

1Corintios 15:46 Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual.

Orar en Espíritu es un trabajo en el que nos negamos a nosotros mismos buscando Su Voluntad. Ya desde el primer momento tendremos que separar un tiempo de oración, que se espera sean las primicias del día, como la hacía nuestro Bendito Salvador.

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La oración: una búsqueda diaria

Marcos 1:35 Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba.

también lo hacía el rey David,

Salmos 119:147 Me anticipé al alba, y clamé; esperé en tu palabra.
119:148 Se anticiparon mis ojos a las vigilias de la noche,
Para meditar en tus mandatos.

El Señor Jesús lo hacía y lo ordenó muchísimas veces al igual que su siervo el apóstol Pablo.
En verdad cuando el Señor Jesús se levantaba muy temprano para ir al encuentro de Su Padre, era Su padre el que lo estaba esperando para compartir dicho momento de comunión íntima; así nosotros. Cuando nos levantamos temprano para orar a nuestro Padre, en realidad Él ya se había anticipado a nosotros, y nos estaba esperando deseoso de compartir ese primer momento del día.
Tristemente, debemos decir que cuando no tenemos dicho momento o lo hacemos a las corridas, habremos dejado de encontrarnos con nestro Padre Perfectamente Bueno, cosa que entristece al Espíritu Santo en nosotros.
Dios quiso en su Soberanía que fuera por medio de las oraciones de sus hijos que su Voluntad se active desde los cielos y se ejecute en la tierra. La oración del profeta Daniel es un claro ejemplo de esto. Más adelante la veremos.
Dios reina en el cielo y la tierra desgraciadamente debido al pecado, ha sido invadida por las fuerzas de Satanás.

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La oración: una vía para que venga el Reino de Dios

Será por medio de la oración de sus hijos, -oraciones personales- y de la oración en acuerdo de la iglesia, que se tenderá una vía para que el poder de Dios se manifieste en la tierra… “la oración es para la voluntad de Dios lo que la vía es para el tren”, T. S. Nee, “Oremos” Pág. 18.
En definitiva la oración nos permitirá activar el reino de Dios y atraerlo aquí a la tierra- . Es por esto que el enemigo está tan interesado en que la iglesia no ore, porque sabe que la oración de acuerdo le causará una grave pérdida. Cuando el reino de Dios tiene una victoria, el reino de las tinieblas tiene una pérdida y viceversa.

Nuestra oración sube con el incienso al estrado de Dios y Él está deseoso de ver como nosotros, sus hijos, nos reunimos a solas con Él y nos reunimos también como iglesia para buscar que su reino se extienda en el mundo a través de nosotros.
¡No tenemos real conciencia de cuánto anhela Dios que oremos a Él cada día! ¡Un día sin haber orado y estado en su Presencia es habernos negado Su Compañía y haberle negado nuestra compañía a Él!

Oraciones que se hacen en la Presencia del Espíritu en nuestro propio cuarto y que, a su vez, suben al trono del Dios Infinito en los cielos, en donde reina Su Perfecta Voluntad.

Apocalipsis 8:3 Otro ángel vino entonces y se paró ante el altar, con un incensario de oro; y se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que estaba delante del trono.
8:4 Y de la mano del ángel subió a la presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos.
La oración nuestra abrirá camino a la Voluntad de Dios en la tierra. Dios está buscando y espera de sus hijos que le abramos el camino en oración, que cada día busquemos Su Voluntad y no la propia, tal como lo expresara su Hijo:

Mateo 26:39 Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.

La raíz de la oración será otra de las claves: si esa raíz es la Voluntad de Dios será una oración aceptada por Dios, Él responderá por medio de Su Palabra y a través de nuestra paz interior y de las circunstancias. Mas será un grave problema que la oración haya nacido en nosotros y que por medio de ella intentemos convencer a Dios de lo fabuloso de nuestros planes. ¡Son dos oraciones muy diferentes, diríamos opuestas!
Muchas veces nos encontramos en lucha en nuestras oraciones en lugar de entrar en Su calma y pedirle que abra nuestro entendimiento para que sepamos cual es Su Propósito.

Como principio podremos decir que Dios quiere que nosotros estemos permanentemente en oración y que por este medio se ejecuten sus planes en la tierra.

T. S. Nee lo expresa en la figura de cuatro escalones de una escalera que sería la oración:

1- Dios concibe un pensamiento el cual es su Voluntad
2- Dios revela su Voluntad a sus hijos por su Espíritu Santo
3- Los hijos de Dios devuelven la Voluntad de Dios ofreciéndole oraciones, pues la oración es como respondemos a la Voluntad de Dios
4- Dios llevará a cabo esa misma cosa
T. S. Nee, “Oremos”, Pág. 34

Ezequiel 36:37 Así ha dicho Jehová el Señor: Aún seré solicitado por la casa de Israel, para hacerles esto; multiplicaré los hombres como se multiplican los rebaños.

¡Qué misterio y qué bendición el poder participar en los planes de Dios mediante la oración!
Dios espera que la casa de Israel lo solicite y así Dios espera que su iglesia lo solicite. ¡Qué privilegio hacer lo que su mismísimo Hijo hizo, estar en los primeros momentos del día, los de la primicia, en Su Presencia para que sea hecha aquí en la tierra Su Voluntad!

Y esta oración será sin cesar

1Tesalonicenses 5:17 Orad sin cesar.

¿Cómo puede ser esto? Esto es posible si estamos en el Espíritu de oración. Esto sólo es posible si se vive en su Espíritu Santo, en su Presencia diaria y en su Palabra, que son prácticamente lo mismo.

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La oración: detalle de los motivos que Dios nos encomienda

Oremos con lujo de detalle, esto demandará tiempo, pero… ¿Qué mejor que estar en Su Presencia?
Si oramos por un viaje: Diremos en oración todo detalle, oraremos por el transporte, por quien conduzca, por quienes se crucen en el camino, por los acompañantes, por las situación climática, por el equipaje, por los horarios, por nuestra salud, y por los imprevistos. También añadiremos que en cada cosa que nos hemos olvidado, y por la que Satanás pueda entrar, sea respondida con la Sangre de Cristo. Como en este ejemplo haremos en todas nuestras oraciones.
No debemos dejar ningún recoveco por el que pueda entrar el enemigo. Este último aspecto se ha dejado de tener en cuenta y es importante recordarlo ya que Satanás no querrá y se opondrá a que oremos con todas sus fuerzas.
¡Que la Bendita Sangre de Cristo responda a todo ataque del enemigo!

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La oración: un arma contra nuestro enemigo

Indudablemente muchas de las circunstancias difíciles que nos tocan vivir a los cristianos son por desatender el llamado que el mismo Jesucristo hace en la oración modelo que nos dejara en la Palabra: El Padrenuestro

Versión Reina Valera 1960
Mateo 6:13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.

Versión Dios habla hoy 1996
Mateo 6:13 No nos expongas a la tentación, sino líbranos del maligno.

Versión Biblia en lenguaje sencillo
Mateo 6:13 Y cuando vengan las pruebas, no permitas que ellas nos aparten de ti,
y líbranos del poder del diablo".

Líbranos del mal, algunos lo traducen, para nosotros con más coherencia, como “líbranos del malo o del maligno”. Y decimos con más coherencia porque el mal no es una abstracción ya que Satanás, a pesar de moverse desde lo oculto y disfrazado, es concreto en su accionar.
Cristo nos advierte en su misericordia de esto y nos da la oración como un modo de prevenir y combatir esta posibilidad.
¡Muchos menos serían los males recibidos por los creyentes si oráramos cada día en este sentido y con lujo de detalles!
Dios es Dios de la historia y ésta es dominada finalmente por Él, pero es necesario tener claro que en la tierra hubo una modificación radical cuando la caída en el Edén. La caída en el Edén abrió puertas a Satanás para que tomara posesión de la tierra como ladrón y salteador que es, viniendo para robar, matar y destruir. Su nombre es adversario, su nombre quiere decir adversario y adversario que lleva la destrucción como estandarte.

Juan 10:10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

No podremos tener una idea cabal de cuánto nos odia Satanás y cuánto desea nuestra destrucción con sus maquinaciones.

2Corintios 2:10 Y al que vosotros perdonáis, yo también; porque también yo lo que he perdonado, si algo he perdonado, por vosotros lo he hecho en presencia de Cristo,
2:11 para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones.

Toda su limitada potencia no será comparable en lo más mínimo al Amor de Dios en Cristo, mas esto tendremos que aprenderlo desde nuestros primeros pasos. Es necesaria la oración nuestra en lo personal y la oración de la iglesia como algo imprescindible para que se lleve a cabo la Voluntad de Dios; y esta Voluntad de Dios es que Él nos libre del malo, del maligno, de Satanás en todas las formas en que se pueda presentar.
¡Oh Dios Santo libra a tu pueblo, líbranos del malo, de nuestro enemigo por amor de tu Nombre!

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Resumiendo: ¿Qué es orar?

1- La oración: un encuentro con nuestro Padre Bueno
2- La oración: un anhelo profundo de Dios
3- La oración: un misterio
4- La oración: una búsqueda para satisfacer las necesidades de Dios
5- La oración: una forma de trabajar en sociedad con nuestro Padre
6- La oración: una búsqueda diaria de Dios y Su Voluntad
7- La oración: una vía para que venga el Reino de Dios
8- La oración: el detalle de los motivos que Dios nos dio
9- La oración: un arma contra nuestro enemigo

Por supuesto esto sólo es una parte del significado de la oración. El resto lo aprenderemos en nuestro Camino, de la mano de nuestro Padre, a quien anhelamos y buscamos por este medio.

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La oración de la iglesia

Todo lo expuesto anteriormente también se aplica a la oración de la iglesia, desde ya. Sin embargo, aclaramos que en la oración de la iglesia hay una potencia que tiene que ver con el acuerdo entre los hermanos que la componen.
La armonía y el estar de acuerdo es algo agradable a Dios y ha dado promesas a aquellos que unidos en oración pidieran conforme con su Voluntad.

Mateo 18:14 Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños.
18:15 Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano.
18:16 Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra.
18:17 Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano.
18:18 De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo.
18:19 Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.
18:20 Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.

El contexto de este acuerdo propuesto por Jesucristo está dado por algo que es primordial en la familia de Dios. No hay posibilidades de orar esperanzados en ser oídos por Dios si no hay un acuerdo de amor en las relaciones entre los hermanos en la fe. ¡A esto apunta verdaderamente Jesucristo en este pasaje! Al amor y a la relación armoniosa de unos y otros.

Juan 15:12 Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado.

Antes de ponernos de acuerdo en alguna cosa que exponer ante Dios en oración, deberemos ver si el acuerdo está en amarnos, o incluso como en las palabras de Pablo, en soportarnos los unos a los otros en amor. Soportándoos en amor para guardar la unidad que se transmitirá en oración y que será contestada, sin dudas, por Dios para la extensión de su reino.

Efesios 4:1 Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados,
4:2 con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor,
4:3 solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz;
4:4 un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación;
4:5 un Señor, una fe, un bautismo,
4:6 un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.

Luego, recién entonces detallaremos en el Espíritu Santo los motivos que Dios en su agrado pondrá en oración. Esto mismo ocurrirá con nuestras ofrendas, Dios las aceptará si hay armonía y amor entre los hermanos que son sus hijos.

Mateo 5:23 Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti,
5:24 deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.

¿Qué buen padre de familia sería indiferente a las peleas de sus hijos? Y si un buen padre terrenal no admitiría esto y se dolería en su corazón… ¡¿Cuánto más se dolerá Dios?!

Así que este es un principio más que tendremos que saber: la oración es importante, mas antes es el amor que nos lleve a la unión en oración.

En definitiva, la oración de acuerdo es antes que nada consecuencia de una vida de armonía como cuerpo, a ella envía Dios bendición y vida eterna.

Salmo 133:1 ¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía!
133:2 Es como el buen óleo sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba,
La barba de Aarón, y baja hasta el borde de sus vestiduras;
133:3 Como el rocío de Hermón, que desciende sobre los montes de Sión;
Porque allí envía Jehová bendición, y vida eterna.

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El círculo virtuoso de la oración

Así como la oración personal es primordialmente un encuentro a solas con nuestro Padre Bueno para deleitarnos en su Presencia, lo mismo ocurre en el cuerpo de Cristo, la iglesia. Más allá de las diferencias naturales que pueda haber y que habrá, tendrá que primar el querer juntarnos. Este hecho de reunirnos es obra del Espíritu Santo, a la que Él mismo nos conducirá para tener como motivo de oración.

Dios pondrá en nuestros corazones el orar, nosotros responderemos -se espera que esto sea un acto voluntario de nuestra parte- y acudiremos a Su encuentro. Él nos llevará a orar para que estemos en armonía y al estar en armonía nos revelará Sus planes, y así será sucesivamente.
Reafirmando lo dicho, esto no se lleva a cabo ni con ejército ni con espada, sino con su Espíritu Santo.

Zacarías 4:6 Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.

Por eso, es necesario estar en mucha oración personal y en oración de acuerdo en armonía de la iglesia para que Dios active su Voluntad y su casa sea edificada.

Salmo 127:1 Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican; Si Jehová no guardare la ciudad, En vano vela la guardia.

No será nunca cuestión de actividades sino, en principio, de un encuentro con el Padre Bueno, quien habitando en medio de sus hijos en armonía, añadirá su bendición.

Esto a los ojos de alguno parecerá ideal, y una cosa diremos: Parece ideal lisa y llanamente porque es ideal. Es el ideal al que Dios apunta y que registró por medio de Su Espíritu Santo en Su Palabra y al que nos llama su Hijo Jesucristo.

Creemos no equivocarnos al decir que hay un poder mayor en la oración de la iglesia cuando se hace en los términos antes expuestos. De ahí la importancia de aquello en lo que la Palabra de Dios pone tanto énfasis: Guardar la unidad del Espíritu.

Efesios 4:3 solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz;

¡Dios quiere que le demos órdenes!

Isaías 45:11 Así dice Jehová, el Santo de Israel, y su Formador: Preguntadme de las cosas por venir; mandadme acerca de mis hijos, y acerca de la obra de mis manos.

A primera vista esta afirmación nos choca ya que a nuestro pensamiento vienen frases como la siguiente: “¿Cómo va a querer Dios que nosotros les demos órdenes si Él es perfecto y nosotros pecadores? Pero es necesario decir que éste no es el pensamiento de Dios. En la caída, el hombre había sido engañado por la serpiente con gravísimas consecuencias; aún así Dios se propuso que la victoria también fuera del hombre: De Jesucristo, el Hijo del Hombre y el Hijo de Dios.

1Corintios 15:21 Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos.
15:22 Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.

Sin ánimo de entrar en un tema doctrinal que demandaría un texto muy extenso para desarrollar, diremos que Dios –como antes vimos- quiere hacer Su obra con la colaboración de sus redimidos, es decir Su iglesia.
Cuando dice “Mandadme acerca de mis hijos, y acerca de las obras de mis manos” se refiere a que Él sabe que la obra del Espíritu Santo hará en los hijos fieles que la Voluntad de Dios y la voluntad de los hombres sea una sola. Este es un elemento. El otro elemento importante en este pasaje verifica lo dicho: Dios quiere que por la oración su obra se active. Podríamos decir que Dios se ha impuesto esta limitación y este principio: trabajar con Sus hijos y activar Su Obra acá en la tierra cuando éstos oren y reclamen Su reino en oración.
Por otra parte vemos en el pasaje de Isaías antes citado que Dios nos manda que lo mandemos es decir que la primera orden es de Dios. Dios nos dice: Yo te mando que me mandes.
Este principio se aprecia claramente en uno de los pasajes más llamativos de las afirmaciones de Cristo.
Volvamos sobre el pasaje citado:

Mateo 18:18 De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo.
18:19 Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.
18:20 Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.

¿No hallamos similitud entre este pasaje y el del profeta Isaías?
La promesa o afirmación expresada por el Señor Jesucristo es contundente y está perfectamente alineada a la afirmación que Dios mismo hace en Isaías.
T. S. Nee lo explica muy claramente cuando dice:
“Todo lo que contradice a Dios necesita ser atado, y todo lo que está en desacuerdo con Dios necesita ser desatado. Cualquiera que sea el asunto que haya de ser atado o desatado, la acción de atar o desatar comienza en la tierra. La acción de la tierra precede a la acción del cielo, porque la tierra gobierna al cielo.”La oración: Cuando la tierra gobierna al cielo”, T. S. Nee, Pagina 11.
¡Sorprendente! La acción de atar y desatar comienza aquí en la tierra, con nuestra decisión de orar clamando a Dios como respuesta a su llamado.
Otro pasaje para reafirmar lo dicho:

Ezequiel 36:37 Así ha dicho Jehová el Señor: Aún seré solicitado por la casa de Israel, para hacerles esto; multiplicaré los hombres como se multiplican los rebaños.

¿Nos damos cuenta de la importancia de la oración? Dios es Dios de la historia y su intervención en la misma estará también supeditada a las oraciones de sus hijos. ¡Su oración vale! ¡La oración de su iglesia vale mucho!
¡Dios obra a través de su iglesia y de sus oraciones de acuerdo! El versículo 18 de Mateo es una continuación temática del 17 y en éste habla de la iglesia.
Por último diremos que el Señor Jesús está esperando hombres y mujeres de fe sencilla y humilde, que vivamos su palabra y permanezcamos unidos a Él.


Juan 15:5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
15:6 El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden.
15:7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.

Y más adelante dice:

Juan 15:16 No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.
15:17 Esto os mando: Que os améis unos a otros.

La Palabra de Dios vuelve a cerrar filas sobre sí misma en su infinita armonía. Isaías, Ezequiel, Mateo y Juan nos dicen que digamos a Dios aquello que Él mismo tiene que hacer.
El mismo Señor Jesús nos dice que atemos y desatemos en la tierra para que se ate y desate en el cielo, esto como consecuencia de nuestra relación personal, en principio, y en nuestra relación interpersonal con los hermanos de la iglesia.
Como consecuencia de esta unión a Él nos concederá los anhelos que ya no serán solo de Él ni solo de nosotros, sino que serán un solo anhelo: El anhelo de Dios y el nuestro, uno solo y el mismo.

¡Dios conceda que Su iglesia se levante en oración en una búsqueda íntima de su Padre para que el reino de los cielos venga a la tierra!

Nuestros Fundamentos: Capítulo 5, "La oración"SocialTwist Tell-a-Friend

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“La iglesia es la única comunión fraternal en el mundo cuyo único requisito para integrarla es la falta de mérito del candidato.”

Robert Munger