jueves, 18 de marzo de 2010

Nuestros fundamentos: Capítulo 8, "Nuestras reacciones y nuestra lengua"

Capítulo VIII
Nuestras reacciones y nuestra lengua.

Oración: ¡Señor, enséñanos a hablar!

Estos dos aspectos de nuestra vida son de una muy significativa relevancia.
Ambos están íntimamente relacionados ya que nuestras reacciones derivan en una manifestación verbal que nos daña, que dañará sin lugar a dudas a la iglesia y daña a nuestro prójimo.
Si resolvemos esto…tendremos ganado más del 90% de nuestras batallas en la vida cristiana.

Nuestras reacciones
Nuestras reacciones son mucho más numerosas que las acciones de nuestra vida. Reaccionamos a cada cosa que nos ocurre en la vida, ya desde el inicio del día: suena el despertador, nosotros reaccionamos; nos hablan, nosotros reaccionamos; recibimos una noticia, nosotros reaccionamos; nos hacen algo bueno, nosotros reaccionamos; nos hacen algo malo, nosotros reaccionamos y así en la mayoría de las circunstancias de nuestras vidas.
Ahora bien, ¿qué es lo que demanda Jesús de nosotros en cuanto a la forma de responder a las actitudes, dichos y hechos que nos acontecen?

Mateo 5:43 Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo.
5:44 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;
5:45 para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.
5:46 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos?
5:47 Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles?
5:48 Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.

Se espera de nosotros los cristianos, de los hijos de Dios, que hagamos las obras de nuestro Padre como las hizo nuestro Salvador. Él no podía ni quería hacer otra cosa que la Voluntad de su Padre y lo mismo demandará Dios de nosotros.

Juan 5:19 Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente.

Dios el Padre es perfecto y hace salir el sol sobre justos e injustos. A pesar de ver la maldad de la humanidad y la rebelión del pecado, Él fue paciente con nosotros y nos salvó en Cristo por medio de la fe, y también es paciente con el mundo entero porque quiere que todos procedan al arrepentimiento.

2Pedro 3:9 El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.

Y no solo por esto, sino por todas las cosas en las que ha venido trabajando hasta ir conformando en nosotros la imagen y la vida plena de Cristo, por medio de la llenura de su Espíritu Santo. A Dios Padre solo lo satisface plenamente la vida de su Hijo Cristo en nosotros y aspira a que nosotros podamos ir repitiendo cada vez con más fuerza y espontaneidad aquello que dijera San Pablo:

Gálatas 2:20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

Solamente una vida consagrada plenamente a Él podrá repetir este pasaje de la Carta a los Gálatas y Dios aspira a que cada uno de nosotros sea agradable a Él en esto.
Es lamentable que en las oportunidades en que algún creyente actúa como Dios manda, no emitiendo juicio ni reacción, sea tenido por sus hermanos como un corto de carácter o como un tonto.
Cuando alguien pasa por alto una ofensa está siendo agradable a nuestro Padre y será honrado por Dios a causa de su noble actitud. Dios pondrá también las cosas en su lugar.

Proverbios 19:11 La cordura del hombre detiene su furor, Y su honra es pasar por alto la ofensa.

En realidad lo que está demostrando el hermano que tiene dominio propio es, en primer lugar, un componente del fruto único del Espíritu Santo que consta de nueve aspectos. Para ejemplificarlos, éstos son:

Gálatas 5:22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad,
5:23 mansedumbre, dominio propio; contra tales cosas no hay ley.

Marcamos en letra “negrita” dominio propio porque de esto estamos hablando cuando nos referimos al dominio de nuestras reacciones.
El “mundo” contradice a Dios en su razonamiento y muchas veces los creyentes tenemos el mismo razonamiento en nuestras actitudes y en nuestra forma de comportarnos. Pensamos que tener “carácter” es pegar cuatro gritos o hablar con tono de voz elevado y pasar al otro por encima en actitudes avasalladoras, atropelladoras e invasivas.
No se sienta mal si esta frase anterior le recuerda algún hecho en su vida.
¡A todos nos ha pasado! Lo importante es que nos arrepintamos de nuestras anteriores malas decisiones y cambiemos el rumbo de nuestra vida, adoptando desde el presente y hacia el futuro medidas acertadas conforme con la Voluntad de Dios.

Proverbios 30:32 Si neciamente has procurado enaltecerte, O si has pensado hacer mal, Pon el dedo sobre tu boca.

Siempre es tiempo para cambiar y hay oportunidad para aquellos que de corazón sincero busquen ser fieles a Dios.
Analice usted mismo lo anteriormente dicho a la luz del siguiente pasaje de la Palabra de Dios:

Reina Valera 1960
Proverbios 16:32 Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte;
Y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad.

La Biblia de las Américas
Proverbios 16:32 Mejor es el lento para la ira que el poderoso, y el que domina su espíritu que el que toma una ciudad.

Biblia de Jerusalén
Proverbios 16:32 Más vale el hombre paciente que el héroe, el dueño de sí que el conquistador de ciudades.

Expusimos el pasaje en tres versiones, porque nos parece un pasaje de suma importancia para conocer aquello que Dios considera importante para sus hijos que quieren y buscan ser obedientes a Jesucristo en su vida.
Muchas veces ponderamos nuestro carácter iracundo como un carácter fuerte cuando, en realidad, es todo lo contrario.
En primer lugar, la ira o el enojo es un pecado; en segundo lugar es una manifestación del hombre carnal (cosa muy parecida a lo referido en el primer punto); en tercer término, es una manifestación de debilidad espiritual y de niñez en Cristo.
Veamos:

1- La ira es pecado:
Eclesiastés 7:9 No te apresures en tu espíritu a enojarte; porque el enojo reposa en el seno de los necios.

2- Es una manifestación de la carne:

Gálatas 5:19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,
5:20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,
5:21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.

Notemos que ira está en la misma categoría que homicidios y hechicerías; y por lo general, nosotros tenemos como tendencia el tomar como algo muy pesado y muy grave a estas dos manifestaciones de la carne antes nombradas y a relativizar la gravedad de nuestra ira y de nuestro enojo. Para Dios tienen exactamente la misma gravedad.

Efesios 4:29 Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.
4:30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.
4:31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.
4:32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.

Colosenses 3:8 Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca.


3- Es una manifestación de debilidad espiritual y de niñez en Cristo.

1Corintios 3:1 De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo.
3:2 Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía,
3:3 porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?

Lo primero no es lo espiritual sino lo animal

1Corintios 15:46 Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual.

Una buena actitud básica para este tipo de situaciones en las que tendemos a reaccionar intempestivamente, es dejar pasar la ofensa, hacer de cuenta que nada fue dicho o que nada ha ocurrido.
Si cada vez que alguien hiciera algo que nos desagradara buscáramos nuestra “justicia”, estaríamos reaccionando a cada instante y queriendo “ubicar” a todo el mundo en los parámetros de la medida de nuestro juicio.
El condicionamiento del mundo dice: Si pasa tal cosa hacemos tal otra, como reacción lógica. Si nos golpean, golpeamos; si nos aman, amamos; si nos insultan, insultamos; si nos quieren, queremos; si nos lastiman, lastimamos.

¡Dios quiere de nosotros algo más que esto! ¡Dios quiere que hagamos lo que Él hace! ¡Dios quiere que seamos como Él es, y esto solamente se logra entendiendo que nuestro ego fue crucificado con Cristo!
¡La Buena Nueva del Evangelio de la Salvación es que ya fuimos crucificados con Cristo hace dos mil años!
¡Y esto también se acepta por fe!

La obra de la Cruz de Jesucristo y la enseñanza del Espíritu Santo en nosotros irá guiándonos a toda verdad progresivamente, y las reacciones de la carne estarán bajo la poderosa influencia de la Cruz del Hijo de Dios, toda vez que nuestra vida esté consagrada a Dios verdaderamente y que nuestra voluntad esté sujeta a la suya.
El Espíritu Santo nos guiará a estar en oración continua, a estar en dependencia de Dios Padre; y nos guiará a dejar pasar toda reacción y todo apresuramiento para luego actuar conforme a la Palabra de Dios.
Pero la obra del Espíritu Santo nunca es lo primero que viene a nuestras mentes y es por esto que nunca nuestras reacciones son de Dios.
Lo primero nunca es de Cristo sino de Adán, entendiéndose a Adán como el aspecto carnal de nuestra vida, que deberá estar siempre sometido bajo el poder de la Cruz.

1Corintios 15:46 Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual.

Reiteramos un versículo anteriormente citado por creer que es de suma importancia para nuestra vida espiritual:

Eclesiastés 7:9 No te apresures en tu espíritu a enojarte; porque el enojo reposa en el seno de los necios.

No nos apresurarnos en nuestro espíritu es un ejercicio que se va aprendiendo con el tiempo y la práctica.
Podemos comparar a nuestro espíritu con un músculo de nuestro cuerpo. Si los músculos de nuestros brazos, por ejemplo, están quietos por un año, se atrofiarán y no tendrán fuerzas para actuar, estarán débiles y no podrán ser de utilidad para el cuerpo. Lo mismo ocurre en nuestra vida espiritual.
Un ejercicio espiritual muy provechoso es el dominio de nuestras reacciones.
Un ejercicio muy concreto es dejar pasar lo primero que nos llega como respuesta y ser tardos para dar una respuesta sea verbal, gestual o de otra índole.
Seguramente las primeras veces fracasaremos y esto debe tomarse como algo común y normal.
¡¿Qué niño aprende a caminar sin tropezarse?! Pero si una y otra vez vamos a Dios, insistentemente en oración, para que por medio de la obra de su Espíritu Santo en nosotros y sometidos voluntariamente a su Voluntad tengamos el señorío de nuestro espíritu, Dios responderá y así será.
¿Por qué? Respuesta: Porque esto es Voluntad de Dios.

Colosenses 3:8 Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca.

Dios nos dio la soberanía de nuestras vidas al darnos libre albedrío, libre elección de nuestros actos. Pero si nosotros anhelamos dejar las reacciones, no ser apresurados en nuestro espíritu para enojarnos…. ¿Cómo no creer que Dios dará de su ayuda y de su fortaleza para lograrlo?

Romanos 8:32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?

Es necesario remarcar una vez más que todo esto debe ser derramado en oración, en entrega y reclamando la llenura del Espíritu Santo, sometiendo nuestra voluntad a la suya.
La decisión es nuestra. Dios nos guiará a su Voluntad pero estará en nosotros el ser obedientes; obedecer a Dios y a su Palabra es siempre un acto volitivo.
Es algo que cada uno decide día a día.

La vida de Jesucristo nos muestra que Él nunca hizo nada apresurado, que nunca reaccionó ante las circunstancias que lo rodeaban.
Se ve en el relato siguiente:

Lucas 8:41 Entonces vino un varón llamado Jairo, que era principal de la sinagoga, y postrándose a los pies de Jesús, le rogaba que entrase en su casa;
8:42 porque tenía una hija única, como de doce años, que se estaba muriendo. Y mientras iba, la multitud le oprimía.
8:43 Pero una mujer que padecía de flujo de sangre desde hacía doce años, y que había gastado en médicos todo cuanto tenía, y por ninguno había podido ser curada,
8:44 se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; y al instante se detuvo el flujo de su sangre.
8:45 Entonces Jesús dijo: ¿Quién es el que me ha tocado? Y negando todos, dijo Pedro y los que con él estaban: Maestro, la multitud te aprieta y oprime, y dices: ¿Quién es el que me ha tocado?
8:46 Pero Jesús dijo: Alguien me ha tocado; porque yo he conocido que ha salido poder de mí.
8:47 Entonces, cuando la mujer vio que no había quedado oculta, vino temblando, y postrándose a sus pies, le declaró delante de todo el pueblo por qué causa le había tocado, y cómo al instante había sido sanada.
8:48 Y él le dijo: Hija, tu fe te ha salvado; ve en paz.
8:49 Estaba hablando aún, cuando vino uno de casa del principal de la sinagoga a decirle: Tu hija ha muerto; no molestes más al Maestro.
8:50 Oyéndolo Jesús, le respondió: No temas; cree solamente, y será salva.
8:51 Entrando en la casa, no dejó entrar a nadie consigo, sino a Pedro, a Jacobo, a Juan, y al padre y a la madre de la niña.
8:52 Y lloraban todos y hacían lamentación por ella. Pero él dijo: No lloréis; no está muerta, sino que duerme.
8:53 Y se burlaban de él, sabiendo que estaba muerta.
8:54 Mas él, tomándola de la mano, clamó diciendo: Muchacha, levántate.
8:55 Entonces su espíritu volvió, e inmediatamente se levantó; y él mandó que se le diese de comer.
8:56 Y sus padres estaban atónitos; pero Jesús les mandó que a nadie dijesen lo que había sucedido.

Veamos las presiones que tuvo Jesús desde su exterior en este pasaje:

a. Recibe presión de parte de un padre (Jairo) que tiene a su hija única enferma
b. Jairo además era principal de una sinagoga, cosa que hacía que los que observaban la situación se fijaran en que iba a hacer Jesucristo
c. La presión ejercida por Jairo era con ruegos, es decir con oraciones insistentes y públicas, postrándose en un acto de humildad y de humillación delante del señor Jesús y delante de todos
d. Cuando resolvió ir recibió presión de la multitud, tanto que le oprimían
e. Mientras iba una mujer lo toca con fe, no como el resto de la gente que lo oprimía. La mujer presiona sobre Él con su propia necesidad.
f. El Señor nos da una muestra de su confianza y fe en el Padre; en medio de semejante situación y ante la urgencia por la salud de la hija de Jairo se detiene a dialogar con la mujer que lo había tocado en fe
g. Nos muestra la importancia que le daba a la evangelización ya que resuelve dejarle claro que lo que la había salvado y sanado era su fe
h. Mientras hablaba le dan una mala noticia, la hija de Jairo había muerto según el heraldo de la mala noticia, otra presión más
i. Recibe la presión que el que trae la noticia echa sobre Jairo al decir, “no molestes más al maestro”, haciéndose interprete y metiéndose en lo que Jesús iba a hacer. ¿Quién le dijo a ese hombre que Jairo molestaba a Jesús con su insistencia?
j. Seguramente todas las miradas se dirigieron a Cristo para ver qué decía y qué hacía
k. Recibe la presión de una fe negativa expresada por las lloronas de los velorios que no tenían ni idea de lo que Dios iba a hacer por medio de su Hijo
l. Recibe la presión de los burladores que se rieron de Él
m. Jesucristo hizo uso de su autoridad espiritual y sacó afuera a todo el mundo, a todos los que sobraban. No dudó en hacerlo por dos motivos básicos:
1. Porque contaba con el ruego del padre de familia y su esposa. Jesucristo respetó el hogar y el techo de la familia que necesitaba de su ayuda y que en fe se habían dirigido a Él
2. En segundo lugar, entró con los discípulos más allegados a Él, que Él había elegido para que después lo transmitieran al resto y que dejaran, en el caso de Juan, impreso en uno de los Evangelios esto que lo había tenido por testigo.

n. Jesucristo “no les pasó factura” a los incrédulos sino que siguió su Camino

Jesucristo no reaccionó, Jesucristo accionó.
Una buena actitud para nosotros, como hijos suyos, es pasar por alto lo primero que viene a nuestras mentes y estar confiados en Él, siempre llenos de su Palabra y en plena oración. Como un golpeteo continuo, como la gota que cae sobre la roca.

Santiago 1:19 Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse;
1:20 porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.

Dios nos dice con toda claridad, a través de la Carta de Santiago, que hay una secuencia bien definida en la manifestación de la ira que está relacionada con aquello que escuchamos y con lo que posteriormente hacemos.
La secuencia es la siguiente:

a. Pronto para oír: Estar solícitos en oír aquello que los demás expresan pero no hablar con ligereza. No hablar ligeramente, rápidamente sino…
b. Tardo para hablar: Ser tardo en hablar es tardar en hablar, no hablar como si nuestra vida o nuestro diálogo fuese un partido de ping pong o un programa de radio que no admite ningún silencio.


Proverbios 21:23 El que guarda su boca y su lengua, Su alma guarda de angustias.

Guardar nuestra forma de hablar, primeramente, nos evita angustias a nosotros mismos.

Proverbios 10:19 En las muchas palabras no falta pecado;
Mas el que refrena sus labios es prudente.

Refrenar los labios es una actitud voluntaria, volitiva. No esperemos que descienda un ángel del Señor para ponernos una mordaza en nuestras bocas, simplemente no hablemos.
El silencio también forma parte del diálogo; y muchas veces es mucho más contundente que mil palabras.
Esto se vio claramente en el encuentro que tuvieron Poncio Pilatos y Jesús de Nazaret.
La secuencia que leeremos en el siguiente pasaje nos muestra al Hijo de Dios sin emitir prácticamente palabra alguna, dominando la situación desde el silencio y siendo tardo para hablar, hablando luego Palabra de Dios con autoridad.
Pilato siendo procurador romano, representante del Imperio Romano en Jerusalén tenía enfrente al Hijo del Hombre. Aparentemente el poder era de Pilato. Sin embargo, Pilato tenía miedo.
De Cristo era el estar seguro y la autoridad, de Pilato el miedo y por esto quería soltarlo.
Jesucristo fue pronto para oír y tardo para hablar en toda su Vida.

Juan 19:6 Cuando le vieron los principales sacerdotes y los alguaciles, dieron voces, diciendo: ¡Crucifícale! ¡Crucifícale! Pilato les dijo: Tomadle vosotros, y crucificadle; porque yo no hallo delito en él.
19:7 Los judíos le respondieron: Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir, porque se hizo a sí mismo Hijo de Dios.
19:8 Cuando Pilato oyó decir esto, tuvo más miedo.
19:9 Y entró otra vez en el pretorio, y dijo a Jesús: ¿De dónde eres tú? Mas Jesús no le dio respuesta.
19:10 Entonces le dijo Pilato: ¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para crucificarte, y que tengo autoridad para soltarte?
19:11 Respondió Jesús: Ninguna autoridad tendrías contra mí, si no te fuese dada de arriba; por tanto, el que a ti me ha entregado, mayor pecado tiene.
19:12 Desde entonces procuraba Pilato soltarle; pero los judíos daban voces, diciendo: Si a éste sueltas, no eres amigo de César; todo el que se hace rey, a César se opone.

c. Tardo para airarse: La Palabra de Dios pondera como una de las mejores virtudes el dominio propio, la templanza. Ser dominador de nuestro propio espíritu y saber que nuestra ira no obra la justicia de Dios. Vemos como Santiago vincula en forma directa el ser pronto para oír, el ser tardo para hablar y el ser tardo para airarse. Se puede inferir de esto que al tener mejor predisposición para oír, al ser tardo para hablar tendré también menos posibilidades de airarme.


Proverbios 12:16 El necio al punto da a conocer su ira;
Mas el que no hace caso de la injuria es prudente.

Proverbios 15:1 La blanda respuesta quita la ira;
Mas la palabra áspera hace subir el furor.

Proverbios 16:23 El corazón del sabio hace prudente su boca,
Y añade gracia a sus labios.

El sabio “hace”: ser prudente al hablar es una acción, es algo que pertenece a la esfera de lo activo.

Exponemos el siguiente versículo en diferentes versiones porque nos parece de suma importancia para el tema tratado.

Reina Valera 1960
Proverbios 15:28 El corazón del justo piensa para responder;
Mas la boca de los impíos derrama malas cosas

Biblia al día
Proverbios 15:28 El corazón del justo medita sus respuestas, pero la boca del malvado rebosa de maldad.

Dios habla hoy
Proverbios 15:28 El hombre justo piensa lo que ha de responder,
pero el malvado lanza maldad por la boca.

Biblia de Jerusalén
Proverbios 15:28 El corazón del justo recapacita para responder, la boca de los malos esparce maldades.

La Biblia de las Américas
Proverbios 15:28 El corazón del justo medita cómo responder, mas la boca de los impíos habla lo malo.

Dos posturas contrapuestas en el pasaje:

a. La actitud del justo al hablar es: pensar, meditar y recapacitar antes de responder. No hay aquí siquiera un atisbo de reacción sino todo lo contrario. El justo acciona luego de pensar, de meditar y de recapacitar lo que ha oído.
b. La actitud del impío al hablar es: derramar, rebosar, lanzar, esparcir. Da una idea de desparramar palabras con la boca. Y a esto añadimos el siguiente versículo.

Proverbios 18:21 La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos.

No es difícil sacar una conclusión acerca de la actitud del impío y aquello que desparrama con su boca a la luz de este último versículo.
La muerte no es solamente dejar de tener los signos vitales en nuestro cuerpo, sino que se refiere a aquello que no transmite la Vida del Espíritu. Un necio o un impío transmiten muerte con su lengua.

Proverbios 15:23 El hombre se alegra con la respuesta de su boca;
Y la palabra a su tiempo, ¡cuán buena es!

Por último, analizaremos un pasaje de la Carta de Santiago que nos da algunas claves para nuestra vida.

Santiago 3:1 Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación.
3:2 Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.
3:3 He aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo.
3:4 Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere.
3:5 Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!
3:6 Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno.
3:7 Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana;
3:8 pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal.
3:9 Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios.
3:10 De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.
3:11 ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga?
3:12 Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce.
3:13 ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre.
3:14 Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad;
3:15 porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica.
3:16 Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa.
3:17 Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.
3:18 Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.

Simplemente veamos en el pasaje cuál es la relación que hace Santiago entre la forma de hablar que debe tener todo cristiano y la propia vida de dicho cristiano.

1. Admite que este es un mal en todos los seres humanos, pero no se queda allí “llorando sobre la leche derramada” como veremos más adelante.
2. Relaciona el no ofender en palabra con el ser perfectos, es decir, con la plenitud del Espíritu Santo o con aquello que diría San Pablo:

Gálatas 2:20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

3. Habla de poner freno, como a los caballos, conforme a lo ya visto en los Proverbios
4. Nos dice que el timón de nuestras vidas es nuestra lengua. Nuestro andar diario y nuestro futuro está signado por nuestra forma de hablar. El puerto al que lleguemos dependerá de nuestra forma de hablar y de la dirección que le hayamos dado al timón de la nave que según Santiago es la lengua.
La vida y la muerte están en poder de la lengua. Es una elección de vida y es una elección diaria en oración y súplica. Nuestra lengua está relacionada con la bendición y la vida por un lado, y con la maldición y la muerte por otro; la elección es nuestra. Por esto en el pasaje siguiente Dios mismo nos da una obvia recomendación: “Escoge pues la vida…”, porque la decisión es nuestra.

Deuteronomio 30:14 Porque muy cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón, para que la cumplas.
30:15 Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal;
30:16 porque yo te mando hoy que ames a Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que vivas y seas multiplicado, y Jehová tu Dios te bendiga en la tierra a la cual entras para tomar posesión de ella.
30:17 Mas si tu corazón se apartare y no oyeres, y te dejares extraviar, y te inclinares a dioses ajenos y les sirvieres,
30:18 yo os protesto hoy que de cierto pereceréis; no prolongaréis vuestros días sobre la tierra adonde vais, pasando el Jordán, para entrar en posesión de ella.
30:19 A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia;
30:20 amando a Jehová tu Dios, atendiendo a su voz, y siguiéndole a él; porque él es vida para ti, y prolongación de tus días; a fin de que habites sobre la tierra que juró Jehová a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob, que les había de dar.

5. La lengua es la que contamina nuestro cuerpo según el pasaje. Esto concuerda perfectamente con lo dicho por el señor Jesucristo:

Mateo 15:10 Y llamando a sí a la multitud, les dijo: Oíd, y entended:
15:11 No lo que entra en la boca contamina al hombre; mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre.
15:12 Entonces acercándose sus discípulos, le dijeron: ¿Sabes que los fariseos se ofendieron cuando oyeron esta palabra?
15:13 Pero respondiendo él, dijo: Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será desarraigada.
15:14 Dejadlos; son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo.
15:15 Respondiendo Pedro, le dijo: Explícanos esta parábola.
15:16 Jesús dijo: ¿También vosotros sois aún sin entendimiento?
15:17 ¿No entendéis que todo lo que entra en la boca va al vientre, y es echado en la letrina?
15:18 Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre.
15:19 Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.
15:20 Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero el comer con las manos sin lavar no contamina al hombre.

6. Aunque sea evidente lo diremos: el mismo infierno inflama la lengua y su actividad. Sin dudas Satanás estará detrás de toda insinuación para que reaccionemos y hablemos aquello que no es debido.
Nuestra boca suele ser el instrumento por el cual emitimos juicio sin darnos cuenta de que, si nos aplican la misma vara con la que ejercemos estricto juicio sobre los demás, no pasaríamos la más mínima prueba de aquello mismo que juzgamos. ¡El que juzga se condena!

Romanos 2:1 Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo.

¿Por qué nos animamos a hacer aquello mismo que Jesucristo no hizo?

Juan 12:47 Al que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo.

Mateo 7:1 No juzguéis, para que no seáis juzgados.

Parece que los corintios tenían este pecado por costumbre y parece también que emitían su juicio contra el mismo apóstol que les había predicado el Evangelio.
El apóstol les escribe su opinión que puede sintetizarse en tres puntos

a. Tenía en poco el juicio de los corintios
b. Tenía en poco el juicio de cualquier tribunal
c. Ni siquiera se juzgaba a sí mismo
d. Sabía y quería ser juzgado por el Juez Perfecto: Jesucristo de Nazaret

Cualquiera que juzgue a otro está usurpando el lugar que sólo le corresponde al Señor, El Juez de Verdad. A nadie que esté en armonía con la Palabra de Dios le agradará juzgar a otro, así como tampoco le agradará ser juzgado por nadie que pretenda cumplir un rol que Dios quiere sólo para sí mismo.

1Corintios 4:3 Yo en muy poco tengo el ser juzgado por vosotros, o por tribunal humano; y ni aun yo me juzgo a mí mismo.
1Co 4:4 Porque aunque de nada tengo mala conciencia, no por eso soy justificado; pero el que me juzga es el Señor.
1Co 4:5 Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios.

7. Según el pasaje de la Carta de Santiago, la boca también se asemeja a una fuente que, por un lado bendice a Dios, y por otro maldice al hombre hecho a imagen y semejanza de Dios; y hace una fuerte aseveración: “esto no debe ser así…” La lengua responde a aquello que hay en nuestro corazón.

Lucas 6:45 El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.
6:46 ¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?

Una vez más se establece la relación entre la boca y nuestra forma de hablar con nuestras acciones y nuestro hacer.


8. Lo anteriormente dicho aquí se ve corroborado: la vinculación directa entre nuestra forma de hablar y la sabiduría, nuestra forma de hablar y la mansedumbre; la actividad de nuestra lengua que nos guiará, si la utilizamos como corresponde, a obras en sabia mansedumbre.
Celos, contiendas y mentira, producto de nuestras erradas decisiones, sirven a nuestro enemigo y le dan lugar a Satanás: lastimando al cuerpo de Cristo que es la iglesia, a nuestro prójimo y a nosotros mismos si la utilizamos mal. Celos y contiendas producen muerte y Dios es Dios de Vida.

9. Nuestra forma de hablar debe ser producto de mucha oración pidiendo llenura del Espíritu Santo, obedientes a la orden del Apóstol San Pablo:

Efesios 5:18 No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu,
5:19 hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones;
5:20 dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

Es notable, “…sed llenos del Espíritu Santo” no es una opción, es una orden.
Pero hay algo aún más notable, la asociación inmediata que hace Pablo entre el ser llenos del Espíritu Santo y el hablar cuando dice: “…hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones”.

10. Por último, el sabio que sabe hablar como Cristo ordena y quiere, tendrá pureza, paz, amabilidad, benignidad, misericordia, buenos frutos, tendrá certidumbre, seguridad y transparencia.
Sembrará en paz y será de bendición para aquellos que hacen la paz.

¡Bendiga Dios a su iglesia con sabiduría para que sepamos hablar conforme a su Voluntad para la extensión de su Reino!

Nuestros fundamentos: Capítulo 8, "Nuestras reacciones y nuestra lengua"SocialTwist Tell-a-Friend

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“La iglesia es la única comunión fraternal en el mundo cuyo único requisito para integrarla es la falta de mérito del candidato.”

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