jueves, 18 de marzo de 2010

Nuestros Fundamentos: Capítulo 6, "Nuestra relación con el dinero"

Capítulo VI

Nuestra relación con el dinero

1Crónicas 21:24 Entonces el rey David dijo a Ornán: No, sino que efectivamente la compraré por su justo precio; porque no tomaré para Jehová lo que es tuyo, ni sacrificaré holocausto que nada me cueste.

Con mucho temor de Dios nos animaremos a enfrentar este tema y a exponer nuestra forma de verlo en la Biblia y en la Gracia del Altísimo, ministrarlo y administrarlo de acuerdo a su Voluntad. ¡El Señor conceda esto a su iglesia!

El administrar ofrendas fue una práctica de Cristo y de la iglesia neotestamentaria y será una práctica de las iglesias de las casas.

Lo expuesto en el recuadro anterior se desarrollará en el presente escrito.
Se presentarán una serie de argumentos que quizás en otra época fueron innecesarios, pero en el presente las cosas tendrán que hablarse con toda claridad y con fuertes fundamentos en la Palabra de Dios.
Mucho también es el debate que se oye en relación con el tema; algunos hablan de no administrar dinero, otros hablan sólo de ofrendas, algunos hablan sólo de diezmos, otros no tocan el tema.
Saber que Cristo tuvo en su grupo apostólico una “bolsa” grupal para las necesidades materiales y saber que la iglesia de los primeros tiempos administró dinero, deja sin efecto la posición de no tocar el tema y de esquivarlo.

Queremos aclarar, ya desde el principio del tratamiento de este tema, que en las casas en las que intervengamos nadie recibirá salario al modo
que hoy es entendido.
No se cobrará por ningún servicio a Dios, ni se “profesionalizará” ningún servicio.
Se podrán hacer ofrendas de amor entre los hermanos en la fe de Cristo al modo descripto por la Palabra de Dios, más no se pagarán sueldos al modo que se entiende en el presente.

Dios anhela que administremos bien los bienes materiales que Él puso en nuestras manos.
Esta administración estará sujeta a los principios que creemos se desprenden de la Palabra de Dios, que nos anticipamos a escribir y detallar, ya que sabemos que este es un tema urticante en el que conviene abundar en detalles y en medidas de control que hagan que no se mal entienda lo expuesto.
Trataremos de no caer en mal entendidos (así como en juicios apresurados de parte del lector), a fin de evitar las usuales malas interpretaciones que abundan sobre esta cuestión.
Este tema generalmente es criticado con toda razón, en base al mal desempeño de aquellos que, diciéndose siervos de Jesucristo, son nada más que servidores de sí mismos.
Son falsos profetas que hacen que por ellos el Evangelio sea criticado y blasfemado; y hacen de la gente mercadería, sobre ellos, el apóstol Pedro hizo la siguiente descripción:

2Pedro 2:1 Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina.
2:2 Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado,
2:3 y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme.

Punto uno
Fue una práctica de Cristo y esto se ve claramente en los Evangelios y fue una práctica neotestamentaria. Basten tres versículos para argumentar lo anteriormente dicho.

El grupo apostólico liderado nada menos que por el Señor administraba dinero.

Este sólo argumento es más que suficiente: Si Él, Señor de señores y Rey de reyes lo hizo es que hay que hacerlo.
Sea esto más que suficiente argumento, mas haremos otros por si no alcanzaran al lector; no dejando de decir que esto es y será un acto voluntario, acto voluntario que practicaremos en nuestras iglesias que se levantan desde nuestros hogares.

Reina Valera 1960

Juan 12:1
Seis días antes de la pascua, vino Jesús a Betania, donde estaba Lázaro, el que había estado muerto, y a quien había resucitado de los muertos.
12:2 Y le hicieron allí una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban sentados a la mesa con él.
12:3 Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume.
12:4 Y dijo uno de sus discípulos, Judas Iscariote hijo de Simón, el que le había de entregar:
12:5 ¿Por qué no fue este perfume vendido por trescientos denarios, y dado a los pobres?
12:6 Pero dijo esto, no porque se cuidara de los pobres, sino porque era ladrón, y teniendo la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella.

Biblia al día
Juan 12:6 Dijo esto, no porque se interesara por los pobres sino porque era un ladrón y, como tenía a su cargo la bolsa del dinero, acostumbraba a robar lo que echaban en ella.

Biblia en lenguaje sencillo
Juan 12:6 Entonces Jesús le dijo a Judas:
--¡Déjala tranquila! Ella estaba guardando ese perfume para el día de mi entierro. En cuanto a los pobres, siempre los tendrán cerca de ustedes, pero a mí no siempre me tendrán.
En realidad, a Judas no le importaban los pobres; dijo eso porque era un ladrón. Como él era el encargado de cuidar el dinero de Jesús y de los discípulos, a veces se lo robaba.

Quizás hayamos pasado por alto este tema en la Palabra de Dios pero lo cierto es que el grupo apostólico de Jesucristo llevaba una “bolsa” de dinero común que como es lógico estaba aprobada por Jesucristo.
El administrador de esto era Judas el Iscariote, el que también le traicionó.
A primera vista nos resulta un tanto desconcertante que el Señor le diera a un ladrón (Jesús sabía quién era Judas) para administrar dinero.
Nosotros encontramos como razón más valedera y reveladora que el Señor Jesús confrontó a Judas con su propia debilidad para que éste tuviera la posibilidad de administrar bien el dinero y no robar, o en todo caso si había robado pudiera arrepentirse de su pecado y ser perdonado.

Punto dos
En la vida de la iglesia de Jerusalén lo practicaron y… ¡Vaya de qué forma!

Hechos 2:42 Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.
2:43 Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles.
2:44 Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas;
2:45 y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno.
2:46 Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón,
2:47 alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.

¿Estamos diciendo que tenemos que vender nuestras propiedades? Respuesta: NO, de ninguna manera; solo estamos estableciendo el principio a modo de apología que dice que la iglesia administró el precio de las ventas de las propiedades, cosa que era muchísimo más que diezmos y ofrendas, como se entienden en la actualidad.
Y queremos establecer que dicho precio de las propiedades era ni más ni menos que dinero consagrado para la obra de Dios, santificado por la oración y la consagración y puesto al servicio de Dios por medio de sus siervos, que llenos del Espíritu lo administraban.

Ahora bien, si no estamos diciendo que tengamos que vender nuestras propiedades, como lo hicieron ellos también, es necesario decir con mucha tristeza… ¡Qué lejos estamos de ser creyentes como ellos fueron!
¡Qué pena!

Punto tres

Hechos 6:1 En aquellos días, como creciera el número de los discípulos, hubo murmuración de los griegos contra los hebreos, de que las viudas de aquéllos eran desatendidas en la distribución diaria.
6:2 Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas.
6:3 Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo.
6:4 Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra.

La importancia de la atención a las necesidades básicas de los más necesitados, en este caso las viudas, como una expresión de aquellos ante quienes Dios se presenta como defensor.
Nótese que hace referencia a la distribución diaria. ¿Distribución diaria de qué? Respuesta: de los bienes materiales que santificados por la oración eran redistribuidos para que a nadie le faltase nada.
La iglesia apostólica de los primeros tiempos en Jerusalén sabía perfectamente de esto y para la administración de las necesidades materiales de los más débiles establece a varones llenos de fe y del Espíritu santo.
Aclaramos que lo mismo, estar llenos de fe y del Espíritu Santo, tendrá que ser para todo servicio a Dios y para todo en nuestra vida en general. Dios no se conformará con menos que esto en nuestro camino de aprendizaje. Ser llenos del Espíritu Santo no es una opción, es una orden.
Acá vemos a la iglesia, en forma muy práctica, utilizando seguramente el precio de las propiedades que habían sido vendidas y puestas al servicio de la iglesia para que nadie tenga necesidad de nada.

Punto cuatro
El cuarto punto tiene que ver con su relación con los siervos enviados de Dios.
Un siervo de Dios que se somete a su Voluntad nunca querrá ser una carga para la iglesia ni para nadie. Pablo lo demostró plenamente en su relación con la iglesia de Corinto.

2Corintios 11:7 ¿Pequé yo humillándome a mí mismo, para que vosotros fueseis enaltecidos, por cuanto os he predicado el evangelio de Dios de balde?
11:8 He despojado a otras iglesias, recibiendo salario para serviros a vosotros.
11:9 Y cuando estaba entre vosotros y tuve necesidad, a ninguno fui carga, pues lo que me faltaba, lo suplieron los hermanos que vinieron de Macedonia, y en todo me guardé y me guardaré de seros gravoso.
11:10 Por la verdad de Cristo que está en mí, que no se me impedirá esta mi gloria en las regiones de Acaya.

La situación de San Pablo con los corintios atravesaba circunstancias de tensión y como él los estaba exhortando en diferentes cuestiones, con toda dignidad decide no tomar donativos u ofrendas de parte de ellos. Aunque como bien dice el pasaje había sí aceptado ofrendas de los hermanos de Acaya, especialmente de los hermanos filipenses. Además, para Pablo el ser ayudado era una bendición de Dios y una gloria según sus propias palabras.
Como se ve en el siguiente pasaje:

Filipenses 4:15 Y sabéis también vosotros, oh filipenses, que al principio de la predicación del evangelio, cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia participó conmigo en razón de dar y recibir, sino vosotros solos;
4:16 pues aun a Tesalónica me enviasteis una y otra vez para mis necesidades.
4:17 No es que busque dádivas, sino que busco fruto que abunde en vuestra cuenta.
4:18 Pero todo lo he recibido, y tengo abundancia; estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis; olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios.

Pablo no buscaba dádivas y sabía que mejor es dar que recibir y que Dios no será deudor de nadie. En este sentido, considera al dinero juntado como ofrenda y entregado a él como algo que producía olor fragante y que era sacrificio acepto y agradable a Dios.

1Corintios 9:9 Porque en la ley de Moisés está escrito: No pondrás bozal al buey que trilla. ¿Tiene Dios cuidado de los bueyes,
9:10 o lo dice enteramente por nosotros? Pues por nosotros se escribió; porque con esperanza debe arar el que ara, y el que trilla, con esperanza de recibir del fruto.
9:11 Si nosotros sembramos entre vosotros lo espiritual, ¿es gran cosa si segáremos de vosotros lo material?
9:12 Si otros participan de este derecho sobre vosotros, ¿cuánto más nosotros? Pero no hemos usado de este derecho, sino que lo soportamos todo, por no poner ningún obstáculo al evangelio de Cristo.

Aclara este pasaje que no está mal tomar lo material, es decir dinero, si se toma honestamente. Mas San Pablo ve que con los corintios las cosas no estaban claras, entonces decide no aceptarlo para no ser un obstáculo para el Evangelio.

Otro pasaje esclarecedor:

2Tesalonicenses 3:7 Porque vosotros mismos sabéis de qué manera debéis imitarnos; pues nosotros no anduvimos desordenadamente entre vosotros,
3:8 ni comimos de balde el pan de nadie, sino que trabajamos con afán y fatiga día y noche, para no ser gravosos a ninguno de vosotros;
3:9 no porque no tuviésemos derecho, sino por daros nosotros mismos un ejemplo para que nos imitaseis.

Punto cinco
La ayuda a otras congregaciones locales que puedan estar pasando necesidades

1Corintios 16:1 En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera que ordené en las iglesias de Galacia.
16:2 Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas.
16:3 Y cuando haya llegado, a quienes hubiereis designado por carta, a éstos enviaré para que lleven vuestro donativo a Jerusalén.
16:4 Y si fuere propio que yo también vaya, irán conmigo.

La ofrenda era para los santos de Jerusalén que estaban pasando momentos de dificultad. Pablo se dirige a los corintios, que eran sello de su apostolado, para que por medio de dos o tres personas sea llevada desde allí la ofrenda a Jerusalén.
Claro como el agua, ayuda mutua entre las iglesias, por medio de más de un hermano para control y con el apóstol como nexo.

Punto seis
La administración en la iglesia local

1Timoeo 5:17 Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar.
5:18 Pues la Escritura dice: No pondrás bozal al buey que trilla; y: Digno es el obrero de su salario.

El concepto de salario que se manejaba en aquel entonces no es el mismo que en la actualidad. No había una especie de bolsa de trabajo como lamentablemente hay ahora.
Es muy triste ver que algunos que parecen querer servir a Dios van a los lugares donde son mejor pagos y no a los lugares adonde Dios los llama.
Si hay falta de fe es mejor quedarse donde uno está y dedicarse a un trabajo como todo el mundo, ser testimonio vivo de Jesucristo en todo ámbito y en el tiempo que no ocupa en trabajar, servir al Señor en la predicación de la Palabra o en el ejercicio del ministerio al que fue llamado.

Nosotros hemos tomado como opción tener nuestros trabajos y no cobrar absolutamente nada en el servicio a Dios en el sentido que hoy se entiende.

La iglesia y los siervos de Dios se moverán en oración con Dios, el siervo dará a conocer a su Padre sus necesidades y Dios moverá a sus hijos para que suplan en amor las necesidades de sus siervos que son dignos de su salario; pero este salario será regalo de sus hermanos, un donativo agradable a Dios y absolutamente voluntario.
Una cosa es un salario abonado por un trabajo al modo que se entiende hoy y otra muy distinta es aceptar un donativo o una ofrenda que Dios haya puesto en el corazón de alguno de sus hijos o en una congregación para ser de bendición a alguno de sus obreros.
San Pablo aceptaba ofrendas de los hermanos y de las congregaciones, y las entendía como una bendición no solamente hacia él sin también hacia quien daba dichas ofrendas pero no tenía esto como una renta por tiempo regularmente determinado como hoy lo entendemos.
Cabe aclarar que el apóstol Pablo aceptaba dichas ofrendas si estas no comprometían de ninguna forma el mensaje del Evangelio.

Siete principios sobre los que nos fundamentamos

En cuanto a la relación que como congregación tendremos con el dinero expondremos siete principios básicos dentro de los cuales nos manejaremos:

1- La libertad en el Espíritu.

Cada uno será solamente responsable de su propia actitud delante del Señor y no hay derecho en absoluto a que nadie se sienta intimidado por otro a manejar el dinero que Dios ha puesto en sus manos.
Habrá libertad, que es aquello a lo que Dios nos guía.

Ninguno de nosotros está autorizado a meterse con el bolsillo ajeno a no ser para darle una ofrenda guiado por Dios, mas no para decir ni sugerir aquello que el hermano tiene que hacer con su dinero.

Dios no nos guiará jamás a decirle al otro lo que tiene que hacer con el dinero que administra ya que eso sería ponernos en el papel de jueces del hermano.
Dar para la obra y dar a un hermano una ayuda económica cuando la necesita es algo que Dios ve con agrado, mas no ve con agrado que nos metamos en las decisiones ajenas.

2Corintios 3:17 Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.

2- Será una decisión personal. La decisión de dar no parte del bolsillo, ni de la billetera sino de nuestro espíritu regenerado que en unión con el Espíritu Santo nos guiará a hacer la voluntad de Dios.
Nadie está autorizado a decir al hermano que es lo que tiene que hacer con el dinero que Dios en su misericordia ha puesto en sus manos.
Sólo hay dos personas que tienen derecho en cuanto a lo expresado anteriormente y estas dos personas son el creyente a quien Dios llamó en su amor y Dios mismo quien hablará, enseñará e indicará qué hacer con dichos bienes materiales.

Salmo 24:1 De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan.

No podemos siquiera pensar que damos algo nuestro ya que como vimos… ¿Qué cosa tenemos sin haberla recibido de la creación de Dios, aún nuestra propia vida?

Nadie debería por otra parte pensar que da más que el otro o que algún hermano tendría que dar más o menos, y en esto, es útil el consejo del Señor que aunque referido a otro tema bien puede aplicarse en este caso cuando decía:

Marcos 13:9 Pero mirad por vosotros mismos; porque os entregarán a los concilios, y en las sinagogas os azotarán; y delante de gobernadores y de reyes os llevarán por causa de mí, para testimonio a ellos.

O el consejo paulino:

Romanos 14:22 ¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba.

¿Tienes tú fe? Esta muy bien tener fe pero esta fe será siempre para con nosotros mismos delante de Dios.
Por otra parte serán solamente las obras de nuestra propia vida aquella por las que daremos cuenta.
Esto es para que nadie caiga en la tentación de juzgar al hermano, ya que a nuestros ojos, muchas veces, las cosas son de una manera cuando a los ojos de Dios son de otra muy diferente.
Por ejemplo, según un criterio equivocado, la viuda había puesto como ofrenda muy poco a los ojos de los hombres y los fariseos habían puesto más según este criterio. Pero a los ojos del Señor, la viuda había puesto mucho más que el resto ya que en su ofrenda iba su vida, todo su sustento.

Marcos 12:41 Estando Jesús sentado delante del arca de la ofrenda, miraba cómo el pueblo echaba dinero en el arca; y muchos ricos echaban mucho.
12:42 Y vino una viuda pobre, y echó dos blancas, o sea un cuadrante.
12:43 Entonces llamando a sus discípulos, les dijo: De cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca;
12:44 porque todos han echado de lo que les sobra; pero ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento.

Dios ve con una profundidad que nosotros no vemos, y tiene tiempos que nosotros no manejamos; por esto: ¡No juzguemos!.

3- Comprender que nuestra administración del dinero es parte de nuestra vida como creyentes

Quitar al dinero de nuestra esfera espiritual es algo que no figura en la Biblia. Abundan las parábolas en las que Jesucristo habla en términos económicos y estos términos económicos estaban representados por la moneda circulante en aquellos tiempos, por ejemplo el talento o las blancas que la viuda pone como ofrenda.
Demonizar al dinero tampoco es un camino, el camino es recibirlo de parte de Dios, ya que de Él procede todo bien; agradecerlo, orar y santificarlo, para luego administrarlo.

Juan 13:27 y tan pronto como Judas recibió el pan, Satanás entró en su corazón. Jesús le dijo:
–Lo que vas a hacer, hazlo pronto.
13:28 Pero ninguno de los que estaban cenando a la mesa entendió por qué le decía eso.
13:29 Porque algunos pensaban, puesto que Judas tenía la bolsa, que Jesús le decía: Compra lo que necesitamos para la fiesta; o que diese algo a los pobres.

El Señor Jesús no fue un asceta que se recluyó en un monte o monasterio. Enfrentó con valentía cada situación desde su vida santificada por el Espíritu Santo, el mismo Espíritu Santo que nos guiará y nos fortalecerá para hacer lo que Él mismo hizo.
El texto nos dice que lo primero que pensaron los apóstoles es que Jesús le estaba diciendo a Judas que compre algo con el dinero de la bolsa, y el apóstol Juan, al escribir el Evangelio, lo dice como algo absolutamente natural. Es decir que Jesús entró en contacto y administración de dinero, y esto en la intimidad de su grupo apostólico.

4- Se buscará lo mejor

Simplemente decir algo anunciado por Cristo y luego invocado por San Pablo, cosa que pretendemos sea una práctica concreta en nuestras vidas.

Hechos 20:35 En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir.

La Palabra de Dios lo dice en imperativo: Se debe ayudar a los necesitados.
Es más que evidente que estas ayudas se refieren a lo material.
Como contrapartida a la bienaventuranza anterior hacia el que da, está la advertencia que tendremos que tener en cuenta muy seriamente.
La avaricia es un pecado grave y el apóstol San Pablo lo ubica al lado de la fornicación y de las pasiones desordenadas.
Pablo conocía aquello que había dicho el Señor al compararlo con un dios, ya que dice que la avaricia es idolatría cosa que no dice del resto de los otros pecados.

Colosenses 3:5 Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría;
3:6 cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia,

No pondremos anestesia a ningún versículo de la Biblia, así está escrito y así se dirá. Queda en nosotros resolver este tema hacia un lado de la balanza –el de Dios- o hacia el opuesto.

Un solo agregado al respecto: Sabemos que estos versículos son expuestos por algunos aprovechadores para quedarse con el dinero ajeno.
De todas formas, los exponemos porque están en la Biblia y porque nuestro proceder es no recibir sueldo alguno por servir al Señor pero sí ejercer mecanismos de control del dinero ofrendado por varios hermanos idóneos y honestos, para que nuestro accionar sea más que transparente, ofreciendo a todo aquel que participe de forma escrita y auditada internamente los movimientos de dinero que haya en cada congregación.

5- No incomodar al que no da o al que viene por primera vez

Esto como una cuestión muy práctica y basada en la experiencia. En nuestras reuniones se orará por las ofrendas que se darán a las dos o más personas asignadas para el recuento.
Estamos llamados a ser prudentes como la serpiente y mansos como la paloma, así que se sugiere que cada miembro tenga uno o varios números que serán sabidos por los tesoreros y por él mismo.
Esto es así para que los demás miembros no puedan identificar cuanto ofrenda cada uno ya que Satanás querrá generar disturbios, divisiones y habladurías que prevendremos de todas las formas posibles.
No se levantará ofrenda durante las reuniones para no incomodar a alguien que participe por primera vez, o a alguien que diezma y ofrenda una vez al mes, por ejemplo.
Sería algo muy agradable presentarnos delante de Dios con alguna ofrenda en nuestras manos en señal de agradecimiento.

Deuteronomio 16:16 Tres veces cada año aparecerá todo varón tuyo delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere: en la fiesta solemne de los panes sin levadura, y en la fiesta solemne de las semanas, y en la fiesta solemne de los tabernáculos. Y ninguno se presentará delante de Jehová con las manos vacías;
16:17 cada uno con la ofrenda de su mano, conforme a la bendición que Jehová tu Dios te hubiere dado.

Aún así tomaremos como costumbre que esto sea de modo que nadie se incomode no aceptando ofrenda de ningún inconverso, acentuando que primero es necesario que entregue su corazón a Cristo, que es lo que verdaderamente importa.
No aceptar ofrenda de los gentiles para no hacer que Dios quede en deuda con ellos por nuestro accionar.

3Juan 1:5 Amado, fielmente te conduces cuando prestas algún servicio a los hermanos, especialmente a los desconocidos,
1:6 los cuales han dado ante la iglesia testimonio de tu amor; y harás bien en encaminarlos como es digno de su servicio a Dios, para que continúen su viaje.
1:7 Porque ellos salieron por amor del nombre de El, sin aceptar nada de los gentiles.

6- Se aplicará a la ayuda mutua, empezando por los más necesitados

Romanos 12:10 Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.
12:11 En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor;
12:12 gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración;
12:13 compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad.

Jamás Dios nos dirá que lo administremos solo en nuestro propio provecho porque estaría en contradicción con su Esencia de Dios dador.

Esto será prioridad, lo primero que se ofrendará será para beneficio de los más necesitados.
Esto en principio se hablará con los encargados de recibir estas inquietudes, quienes lo presentarán a la iglesia y la iglesia a los tesoreros, así se establecerá de qué forma y a quienes se ayudará.
No se admitirán ningún tipo de abusos de la generosidad de la iglesia.
Esto quiere decir que si alguien hace abuso de la ayuda se llevará el tema al encargado de la obra hasta que la iglesia quede consolidada, y a los ancianos cuando ya esté consolidada.
Esto le ocurrió al Señor Jesús y muy posiblemente nos ocurra a nosotros.
La idea central de nuestro accionar será siempre tratar de ganar al otro para Cristo, pero advertirles que tienen que trabajar por la comida que a vida eterna permanece. Esto será desarrollado más adelante.

Juan 6:26 Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis.

Se hablará en amor pero con claridad como lo hizo el Señor cuando lo seguían solamente para alimentarse de los panes y los peces que Él multiplicó.

7- Se aplicará a actividades grupales de la iglesia

Habrá prioridades que se irán estableciendo conforme al dictado del Espíritu Santo y de acuerdo con las circunstancias que vayan apareciendo, que están bajo su dominio.
Dios irá proveyendo de aquellas cosas que Él mismo tiene planificadas. Ahora bien, hay algunas cosas en las que sabemos perfectamente que Dios no hablará porque ya lo ha hecho en su palabra. Esto tiene que ver con principios establecidos en la misma que ya hemos ido exponiendo.
La prioridad uno será cubrir las necesidades básicas de los hermanos de la congregación, como vimos en el pasaje anterior.

Romanos 12:10 Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.
12:11 En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor;
12:12 gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración;
12:13 compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad

Mateo 25:40 Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.

Necesidades alimenticias, de salud, etc.; así como también lo referente a materiales de enseñanza de la Palabra de Dios como Biblias, libros, impresiones, lecciones, etc.
Una vez cubiertas dichas necesidades, la siguiente prioridad será el testimonio a la comunidad en Kerigma y Marturía, es decir en la proclamación del Evangelio de forma verbal (Kerigma), por obsequio de pasajes bíblicos u otro modo; y por obras (marturía, de donde deriva la palabra mártir), testimonio con ayuda a la comunidad poniendo la mira en los más necesitados, en los menesterosos, los huérfanos y las viudas, según Dios nos guíe.

1- La Biblia nos enseña con estos ejemplos qué no debemos hacer

Algunos ejemplos tristes en la Biblia son: Balaam el falso profeta (Números 22), Giezi el criado de Elilseo que le pone precio al servicio del profeta y lo cobra a escondidas (2Reyes 5); Ananías y Safira, quienes le mienten al Espíritu Santo y perecen a los pies del apóstol Pedro (Hechos 5); baste con estos ejemplos para el presente trabajo.

Hay un riesgo muy grande en cuanto a tomar este tema como algo menor y es necesario poner todo el énfasis posible en no subestimar el poder que yace detrás del dinero, es decir, en la tentación satánica de procurarlo indecentemente o de abusar de la generosidad de otros en cuanto a relación eclesial se refiere.
Nuestra relación con el dinero es una de las cuestiones más espirituales de nuestra vida. Dios no se maneja en abstracto y así como Él es Dador por excelencia, espera que nosotros también lo seamos.

Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Se espera que el Espíritu Santo produzca en nosotros acciones concretas que nos lleven a dar conforme a lo que es la esencia de Dios en nosotros.
Dios no aprueba al avaro en ningún caso.
Como veremos en el versículo siguiente la avaricia es inclinarse ante el dinero, es decir que podemos inferir de esto que el dinero puede transformarse en un dios que estorbaría nuestra relación con el Dios verdadero.

Colosenses 3:5 Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría;

La última parte de este versículo se cumplió tristemente en estos malos ejemplos que describimos en este punto.

2- El que abusa de la generosidad de Dios.
Ampliamos un punto tratado en párrafos anteriores.
Dios tampoco aprueba el abuso de nadie que quiera hacer valer su condición de necesitado como un medio para forzar y/o abusar de la ayuda ajena.
El Señor Jesús fue el más generoso de todos los que han pisado y pisarán esta tierra, sin embargo no aprobó el que lo siguieran para valerse de su generosidad y de sus milagros.

Juan 6:24 Cuando vio, pues, la gente que Jesús no estaba allí, ni sus discípulos, entraron en las barcas y fueron a Capernaum, buscando a Jesús.
6:25 Y hallándole al otro lado del mar, le dijeron: Rabí, ¿cuándo llegaste acá?
6:26 Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis.
6:27 Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre.
6:28 Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios?
6:29 Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado.

Jesucristo fue claro y concreto, dijo: “…me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis.”

Buscar a Dios por interés en ser saciados no es cosa agradable a Sus ojos y abusar de la ayuda que pueda brindar una congregación, tampoco.

Parece también que hablarlo con el fin de ser claros y de no ser tomados por tontos es algo que el Señor se encargó de dejar establecido. El relato, más adelante, registra que algunos le recriminan a Jesucristo haber dicho palabras duras.

Juan 6:60 Al oír esto, muchos de sus discípulos dijeron:
--Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír?

Y si seguimos atentos el relato veremos la contestación del Cristo:

Juan 6:67 Dijo entonces Jesús a los doce:
¿Queréis acaso iros también vosotros?
6:68 Le respondió Simón Pedro:
Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.

Decir que seguimos a Jesucristo y solo buscar su bendición material o una ayuda que la congregación pueda darnos, es una contradicción.
A Dios se lo sigue por amor y por agradecimiento y se espera que en esto todos seamos absolutamente veraces.


3- Dar abre también la posibilidad para recibir la bendición de Dios

Nuestra relación con el dinero reviste mucha gravedad, mas también es una gran posibilidad para ver manifestarse la gloria y el poder de Dios en su iglesia.
Veremos a continuación un caso acontecido en relación con la ayuda a la iglesia de Jerusalén y la colaboración entre hermanos de diferentes lugares.
Expondremos este pasaje ya que será uno de los pilares sobre el que se asentará nuestra forma de manejarnos con el dinero en la congregación.
Sobre todo, el versículo siete, al que asociamos otro versículo escrito por San Pablo:

2Corintios 3:17 Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.

La libertad tendrá que ser una de las características fundamentales también en este aspecto.
Cada uno dará en libertad lo que se haya propuesto y más allá del presente capítulo, esto será un concepto que debiera regir toda nuestra vida.

Ninguno de nosotros es responsable de la vida ajena.
¡Cada uno de nosotros tiene absoluta responsabilidad sobre sus actos delante de Dios!
Pero cada uno es responsable del cuidado del hermano, y este cuidado se tendrá que ver en la administración de nuestras vidas y decisiones y en el no juzgar la vida ni las decisiones ajenas. Abrir juicios sobre la vida del hermano puede generar abismos, que de persistir, pueden llegar a ser infranqueables, cosa que es del absoluto desagrado de Dios para sus hijos.

Veamos algunos principios rectores extraídos del siguiente pasaje:
2Corintios 9:1 En cuanto a la ayuda para los santos, es por demás que yo os escriba,
9:2 pues conozco vuestra buena voluntad, de la cual yo me glorío entre los de Macedonia, pues les he dicho que Acaya está preparada desde el año pasado; y vuestra diligencia ha estimulado a la mayoría.
9:3 Pero he enviado a los hermanos para que nuestro motivo de orgullo respecto de vosotros no sea vano en esta parte; para que, como lo he dicho, estéis preparados;
9:4 no sea que si van conmigo algunos macedonios y os hallan desprevenidos, nos avergoncemos nosotros, por no decir vosotros, de esta nuestra confianza.
9:5 Por tanto, consideré necesario exhortar a los hermanos que fueran primero a vosotros y prepararan primero vuestra generosidad antes prometida, para que esté lista como muestra de generosidad y no como de exigencia nuestra.
9:6 Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.
9:7 Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza ni por obligación, porque Dios ama al dador alegre.
9:8 Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo necesario, abundéis para toda buena obra;
9:9 como está escrito:
"Repartió, dio a los pobres, su justicia permanece para siempre".
9:10 Y el que da semilla al que siembra y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera y aumentará los frutos de vuestra justicia,
9:11 para que seáis ricos en todo para toda generosidad, la cual produce, por medio de nosotros, acción de gracias a Dios,
9:12 porque la entrega de este servicio no solamente suple lo que a los santos falta, sino que también abunda en muchas acciones de gracias a Dios.
9:13 Ellos, por la experiencia de este servicio glorifican a Dios por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por la generosidad de vuestra contribución para ellos y para todos.
9:14 De igual modo, en su oración a favor de vosotros, os aman a causa de la superabundante gracia de Dios en vosotros.
9:15 ¡Gracias a Dios por su don inefable!


Veremos algunos versículos del pasaje
9:5 Por tanto, consideré necesario exhortar a los hermanos que fueran primero a vosotros y prepararan primero vuestra generosidad antes prometida, para que esté lista como muestra de generosidad y no como de exigencia nuestra.

Queremos extraer solamente tres enseñanzas o principios del pasaje antes transcripto
1. El pasaje habla de ofrendas materiales, es decir dinero fruto del esfuerzo de los hermanos. No habla de otro tipo de ayuda, habla de ofrenda a los santos y esta ofrenda era el dinero como bien necesario para tener el sustento diario.

2. La segunda enseñanza es una ley: “El que siembra escasamente, escasamente segará…”; y como contrapartida: “El que siembra generosamente, generosamente segará…”

3. La tercera enseñanza será analizada por partes.

9:7 Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza ni por obligación, porque Dios ama al dador alegre.


a. Cada uno: Esto habla de una decisión personal.
b. Cada uno dé: La decisión que San Pablo espera es que cada uno dé, ya que se espera que el creyente dé.
c. Cada uno dé como propuso en su corazón: Como decidió en su voluntad, como decidió en acuerdo consigo mismo, sin reprocharse nada.
Examinar y aprobar nuestra propia decisión.

Romanos 14:22 ¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba.

Estamos llamados a fijarnos en nuestras vidas y no en la de los demás.

d. No con tristeza ni por obligación: Dar con tristeza es querer retener para nosotros lo mismo que estamos dando, la tristeza no es un buen síntoma sino un indicador de que algo está mal.
e. Tampoco está aprobado el dar por obligación, no es por ley sino voluntariamente.
f. Porque Dios ama al dador alegre.

Este es el dar que Dios aprueba y es producto de la plena expresión del Espíritu Santo en nosotros.

Hagamos una pregunta: ¿Por qué tendemos a espiritualizar el resto de nuestras vidas pero no espiritualizamos la distribución del dinero que cae en nuestras manos?

No aprobemos ni reprobemos lo que hacen los demás, ellos necesitan de un Juez Justo que seguramente no seremos nosotros; si esto hacemos, usurparemos el lugar de Dios, solo Dios es Juez Justo. Y a su vez pongamos en oración este aspecto y pidamos a Dios la luz y sabiduría suficiente para su manejo y administración.

La teología de la prosperidad.

No entendemos a la prosperidad económica necesariamente como una bendición, así como tampoco entendemos a la pobreza o a una circunstancia de necesidad como una consecuencia del pecado.

Ejemplos sobran, basten dos para el presente caso:

Lázaro el pobre:
Lucas 16:20 Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas,
16:21 y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas.
16:22 Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado.

En palabras de Pablo:
Exponemos aquí las palabras previas de uno de los versículos más conocidos de San Pablo, a saber:

Filipenses 4:12 Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.

Buscar dinero o seguridad o “un nombre” bajo la apariencia de servir a Dios no es aquello que nos legaran sus verdaderos siervos en la primera iglesia, por más defectos que esta tuviera.
Sostenemos que la riqueza no es mala en sí misma: Abraham era riquísimo según lo expresa la Palabra, pero sometió todo lo material y aún a su propio hijo Isaac en busca de la Voluntad de Dios. Entre Abraham y los supuestos siervos de Dios de hoy hay un abismo de distancia.
En palabras de T.S. Nee podríamos juntamente decir que…“Este buscar la guía del Señor cuando estamos en realidad guiados por el deseo de las ganancias, es una cosa despreciable” .

El control del dinero en la comunidad de fe

La necesidad imperiosa del control y el destino de las ofrendas.
Decíamos al principio que es necesario no subestimar en lo más mínimo nuestro trato con el dinero. La relación que tengamos con éste será aún más estricta cuando de la administración de ofrenda se trate.

La administración de nuestros ingresos en cuanto a dar es una decisión pura y exclusivamente propia; mas el recuento y la administración del dinero de la iglesia siempre será hecha, por lo menos, por dos o tres personas, siempre.

No vale aquí decir que alguien se encargue del dinero exclusivamente ya que podría caer en tentación y lazo que dañaría a dicho hermano y a la congregación.
Por lo demás, alguien honesto pedirá él mismo ser auditado y se negará a ser administrador exclusivo de los bienes materiales que maneje la congregación para la extensión del reino de Dios.

Veamos:
2Co 8:16 Pero gracias a Dios que puso en el corazón de Tito la misma solicitud por vosotros.
8:17 Pues a la verdad recibió la exhortación; pero estando también muy solícito, por su propia voluntad partió para ir a vosotros.
8:18 Y enviamos juntamente con él al hermano cuya alabanza en el evangelio se oye por todas las iglesias;
8:19 y no sólo esto, sino que también fue designado por las iglesias como compañero de nuestra peregrinación para llevar este donativo, que es administrado por nosotros para gloria del Señor mismo, y para demostrar vuestra buena voluntad;
8:20 evitando que nadie nos censure en cuanto a esta ofrenda abundante que administramos,
8:21 procurando hacer las cosas honradamente, no sólo delante del Señor sino también delante de los hombres.
8:22 Enviamos también con ellos a nuestro hermano, cuya diligencia hemos comprobado repetidas veces en muchas cosas, y ahora mucho más diligente por la mucha confianza que tiene en vosotros.

a. Designado por las iglesias: Consenso en el Espíritu Santo.
b. Como compañero: Con un acuerdo en que la ofrenda es Santa, de Dios y que nosotros tenemos que cuidarnos mutuamente de no caer en lazo del enemigo.
c. Para llevar el donativo: Habla específicamente de tal comisión.
d. Administrado por nosotros: Pasa por nuestras manos y somos meros administradores.
e. Para la gloria de Dios: Es para extender la obra de Dios en la tierra, cosa Santa, dinero consagrado porque ellos estaban consagrados previamente.
f. Evitando que nadie nos censure: Procurando que nadie pueda señalarnos (salvo con calumnias y mentiras) pero dejando bien claro nuestro proceder.
g. Procurando hacer las cosas honradamente: Haciendo todo lo posible y tomando todos los recaudos para esto. Conociendo las posibilidades que presenta una ofrenda en manos de una sola persona, hacer que cada uno se someta al control del otro como norma.
h. No sólo delante del Señor sino también delante de los hombres: No solo hace falta, según el pasaje, hacer las cosas honradamente delante de Dios sino también delante de los hombres; quizás de esta forma podamos con el testimonio predicar el Evangelio, y por este medio, alguien pueda conocer a Cristo.

Reiteramos: No solo hace falta, según el pasaje, hacer las cosas honradamente delante de Dios sino también delante de los hombres.

Creemos sinceramente que este pasaje es más que suficiente y más que claro para que entendamos la manera que Dios quiere que nos manejemos en cuanto al control de las finanzas en la iglesia.
¡Damos gracias a Dios por su siervo Pablo, por su humildad, por su honradez, por su entrega y por su conocimiento de Dios!

¿Cómo quiere Dios que demos y para qué? ¿Qué dar?
En primer lugar hay que decir que Dios nos ha llamado a ser generosos en hechos concretos.
Si un hermano tiene hambre no bastará, de ninguna manera una oración y una palmada, ya que ninguno de nosotros se quita el hambre con oraciones ajenas y palmadas.

Santiago 2:15 Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día,
2:16 y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha?
2:17 Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.

Dar el diezmo sí, dar el diezmo no.

2Corintios 9:7 Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.

Comenzamos con este versículo ya que creemos que donde está el Espíritu de Dios hay libertad, como vimos anteriormente, y cada uno sabrá qué hace con el dinero que Dios depositó en sus manos.

2Corintios 3:17 Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.

Dar por obligación no es agradable a Dios, como vimos anteriormente “…Dios ama al dador alegre.” 2 Corintios 9: 7.

Malaquías 3:6 Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos.
3:7 Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mas dijisteis: ¿En qué hemos de volvernos?
3:8 ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas.
3:9 Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado.
3:10 Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.
3:11 Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos.
3:12 Y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos.
3:13 Vuestras palabras contra mí han sido violentas, dice Jehová. Y dijisteis: ¿Qué hemos hablado contra ti?
3:14 Habéis dicho: Por demás es servir a Dios. ¿Qué aprovecha que guardemos su ley, y que andemos afligidos en presencia de Jehová de los ejércitos?
3:15 Decimos, pues, ahora: Bienaventurados son los soberbios, y los que hacen impiedad no sólo son prosperados, sino que tentaron a Dios y escaparon.
3:16 Entonces los que temían a Jehová hablaron cada uno a su compañero; y Jehová escuchó y oyó, y fue escrito libro de memoria delante de él para los que temen a Jehová, y para los que piensan en su nombre.
3:17 Y serán para mí especial tesoro, ha dicho Jehová de los ejércitos, en el día en que yo actúe; y los perdonaré, como el hombre que perdona a su hijo que le sirve.
3:18 Entonces os volveréis, y discerniréis la diferencia entre el justo y el malo, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve.

El pasaje no habla solamente de diezmo, habla de diezmo y ofrendas (Vs. 8).

En palabras del Señor Jesús, encontramos que hace referencia al diezmo en

Mateo 23:23 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello.

Lucas 11:42 Mas ¡ay de vosotros, fariseos! Que diezmáis la menta, y la ruda, y toda hortaliza, y pasáis por alto la justicia y el amor de Dios. Esto os era necesario hacer, sin dejar aquello.

Lucas 18:12 ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.

En las cartas del denominado Nuevo Testamento encontramos que hace referencia en siete oportunidades al mismo en la carta a los hebreos. Algunas de ellas son las siguientes:

Hebreos 7:5 Ciertamente los que de entre los hijos de Leví reciben el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la ley, es decir, de sus hermanos, aunque éstos también hayan salido de los lomos de Abraham.

Hebreos 7:1 Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que salió a recibir a Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo,
7:2 a quien asimismo dio Abraham los diezmos de todo; cuyo nombre significa primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de paz;
7:3 sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre.

Los argumentos que dicen que Jesús no lo estableció como una norma o como una ley y que no fue una práctica de la iglesia son ciertísimos: En ninguna parte de los Evangelios se puede ver un solo versículo que diga que Jesucristo instó u ordenó dar el diezmo; en ninguna parte del Nuevo Testamento se ve que ninguna iglesia diezmara, ni hay ninguna orden apostólica al respecto.
Ahora bien, si de afirmaciones se trata tampoco podemos obviar que Jesucristo dijo: “…sin dejar der hacer aquello…”, según Mateo 23: 23.
El Señor Jesucristo no lo dio como orden pero dijo que no había que dejar de hacerlo.
Reiteramos: Les dijo “…sin dejar de hacer aquello…”

Lamentablemente en nuestras Biblias hay una hoja escrita no inspirada por el Espíritu Santo que dice “Nuevo Testamento” y así partimos el Libro sagrado en dos partes. Esto nos lleva fácilmente a pensar que Jesús vino para abrogar la ley y lo cierto es que no vino para abrogar sino para cumplirla.

Mucho más aún, estableció leyes más exigentes para quienes lo siguieran en fe.
El diezmo no está expresado como una obligación, pero tampoco está abrogado.
En cuanto al que vive en la Gracia se puede tomar como un piso ya que se supone que un creyente que vive en la Gracia que es de Jesucristo tendría que estar llevado a dar más que esto en agradecimiento a su Señor.

Mateo 5:21 Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio.
5:22 Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego.

Las nuevas leyes que estableció Cristo fueron más exigentes que las de Moisés. En la gracia hay más exigencia, en la fe de Jesucristo hay más exigencia, en el Nuevo Pacto está la Presencia y el poder del Espíritu Santo para encaminarnos al cumplimiento de dicha ley.

Sólo a modo de pregunta: ¿Será esto diferente respecto de nuestra relación con el dinero y en nuestra generosidad al darlo?

La siguiente es una parte de la definición que podemos encontrar en el Nuevo Diccionario Bíblico.
“El pago de diezmos continuaba en tiempo de Cristo,

Lucas 11:42 Mas ¡ay de vosotros, fariseos! Que diezmáis la menta, y la ruda, y toda hortaliza, y pasáis por alto la justicia y el amor de Dios. Esto os era necesario hacer, sin dejar aquello.

Lucas 18:12 ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.

Hebreos 7:5 Ciertamente los que de entre los hijos de Leví reciben el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la ley, es decir, de sus hermanos, aunque éstos también hayan salido de los lomos de Abraham.

Pero no fue prescrito a los cristianos ni por Cristo ni por los apóstoles.
Bajo la economía de la gracia, se espera de todo creyente que aporte con corazón bien dispuesto “…como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre” 2 Corintios 9: 7
El creyente es exhortado a dar no por una norma impuesta, sino presentándole el ejemplo de gracia del mismo Señor Jesucristo, “…que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico” 2 Corintios 8: 9.
No es el diezmo del cristiano lo que corresponde al Señor, sino todo su ser, puesto que ha sido comprado “por precio”.

1Corintios 6:20 Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.

1Corintios 7:23 Por precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres.

Y debe así venir a ser eficaz administrador de todo lo que el Señor ha puesto en sus manos para la gloria de Dios”.

En realidad para ser más estrictos en cuanto al eje de este tema no tendríamos que centrarnos en el diezmo sino en el dar.

Quizás alguien que lee estas líneas se pregunte: ¿Por qué tanta argumentación en el dar? ¿Cuál es el interés encubierto detrás de dicha insistencia? Queremos decir que entendemos plenamente a quienes cuestionan todo escrito que se quiera arrogar estar en la voluntad de Dios. Esto es el cumplimiento de un mandamiento paulino.

1Tesalonicenses 5:21 Examinadlo todo; retened lo bueno.

Cuando leemos este pasaje:

Hechos 2:44 Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas;
2:45 y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno.
2:46 Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón,
2:47 alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.

Cuando leemos este pasaje, nos preguntamos: ¿Los hermanos que tenían esta práctica estarían preocupados por saber si el diezmo debía ser una práctica o no?
Si Dios Padre dio a Su Hijo y el Hijo dio su vida ¿Cuál debería ser nuestra predisposición al dar ofrendas de nuestros ingresos?
¿No debería en nuestro corazón estar la tendencia a dar algo más?
Y si dicha tendencia no está, ¿No deberíamos pedirle a Dios que nos cambie para que hagamos lo mejor? Recordemos que mejor es dar que recibir:

Hechos 20:35 En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir.

El dar es una práctica sanadora.

Se espera también que un creyente crea, aunque parezca una obviedad no lo es.
Si un cristiano debe buscar las cosas mejores y la bendición de Dios ¿No deberíamos poner esto en oración para que la generosidad sea una de nuestras características?

El dar es una actitud y el no dar también es una actitud.
Tengamos la actitud que tuvo la viuda, que dio lo que podía, que a los ojos humanos parecía poco, una actitud dadivosa a la que Jesús, en su amor, alabe, bendiga y apruebe.

Queremos dejar nuevamente expresado que ninguno de los que sirvamos a Dios en las iglesias que se levanten en las casas cobrará salario según lo ya expresado; queremos también expresar que cada hermano de la congregación tendrá tres números asignados a sus ofrendas que solamente serán conocidos por los tesoreros de la congregación que serán por lo menos dos personas.
Cada uno podrá ejercer el control de su propia ofrenda mediante el número de su sobre de ofrendas y del importe que figurará en la planilla de cada día de reuniones.
Por ejemplo: Si el sobre Nº 08 contienen $ 10, en la planilla figurará, sobre Nº 08 = $ 10; y así quien lo haya ofrendado sabrá que ese dinero ofrendado llegó a buen destino.
Como los gastos se harán solo con facturas y comprobantes que figurarán en un balance semanal, el recuento de los ingresos menos los egresos debería dar la existencia neta de lo ofrendado.
Diremos también que las ofrendas se contarán por medio de los dos tesoreros y de un tercero que irá rotando en el recuento de cada reunión, diremos que cada ingreso será registrado por medio de una forma contable expresada semanalmente con los egresos avalados por las facturas o recibos correspondientes, y diremos finalmente que dichos informes semanales estarán a disposición de cada uno de los hermanos pertenecientes a la congregación cuando lo soliciten.
Solo pretendemos ser dadores y generosos siguiendo las pisadas de Dios y de su Hijo Jesucristo, dejando de lado toda posibilidad de mala administración y de toda posible mala interpretación. Dios también reclama de nosotros claridad y transparencia.

Dios guíe nuestras vidas hacia lo que Él mismo hizo.
¡Él fue Dador Infinito!

Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Nuestros Fundamentos: Capítulo 6, "Nuestra relación con el dinero"SocialTwist Tell-a-Friend

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